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Capítulo 14. [Efímero'S]

—¡Estoy aquí por ti!—le dijo en defensa.

—No necesito que estés detrás de mí como un perro faldero. Eso puedes hacerlo con Bárbara, a ella le gusta que las mujeres como tú se arrastren también por ella—dijo inexpresiva—. Lo que Bárbara hace con su vida no me preocupa en lo absoluto—Jeniffer levantó una ceja—. Lo que realmente me preocupa es con quién lo está haciendo.

Jeniffer frunció el ceño.

—¿Hablas de la mujer que quiere meterse en su cama?—Sáhara la vio con molestia—. No es competencia para mi—dijo despreocupada—. Tampoco lo es para ti.

—Tú... Tú no lo entiendes—jadeó bajo sintiéndose mal. Sáhara buscó una aspirina para el dolor de cabeza y se la tomó de un tirón mientras Jeniffer la examinaba—. Esa mujer es... Alguien importante para mí—y Jeniffer abrió los ojos.

—¿Otra de tus amantes?—Sáhara la fulminó con la mirada y Jeniffer levantó las manos en señal de rendición—. ¿Quién es?, ¿por qué te preocupa tanto esa mujer?

—Bárbara siempre supo cómo actuar—empezó Sáhara ganando la atención de Jeniffer—. Ella siempre supo cómo podría vengarse de mi y yo nunca lo vi venir. Realmente fue la más astuta de las dos pero no puedo permitir que siga ocurriendo. Lo que tanto había pospuesto creyendo que podría arreglar las cosas con ella sin necesidad de llegar a tanto—suspiró—.  Macarena es la mujer que estuvo en su mira desde años atrás y... Es mi familia—Jeniffer simuló una O con la boca, incrédula, impresionada.

—¿Familia?—le preguntó confundida.

—Es mi sobrina—respondió sin darle tantas vueltas—, y ella la está usando para vengarse de mi y de lo que ocurrió en nuestro pasado.

—¿Ella lo sabe?—preguntó refiriéndose a Bárbara. Sáhara asintió—. ¡Hija de la gran puta!—chilló Jeniffer completamente sorprendida.

—Esto no se trata de lo que sentí alguna vez por Bárbara, Jeniffer. Esto me sobrepasa, a ella también y a todos. Macarena es una mujer dulce y comprensiva, pero es muy soñadora, y las personas que son soñadoras son más fáciles de manipular por creer que todo tiene un motivo divino del porqué de las cosas.

—Lo dices por experiencia, ¿no?—Jeniffer soltó una risita pero al ver la expresión seria de Sáhara su sonrisa se borró—. Lo siento—dijo con sinceridad. Luego de unos segundos volvió a hablar—. Creo que deberías decirle lo que está sucediendo, y contarle la verdad con respecto a Bárbara—Sáhara negó rápidamente—. ¿Entonces qué planes hacer?—la cuestionó—. Si dejas que su relación, o lo que sea que tengan siga avanzando llegará un punto donde no habrá vuelta atrás, y lo sabes. Y más si dices que es una mujer soñadora—hizo una mueca—. Bárbara sabrá cómo hacerla caer en sus encantos sin tanto esfuerzo y cuando lo logre será muy lamentable para todos porque ella jamás se fijará en ella como mujer para casarse, formar una familia y tener un final de cuentito de hadas.

—Lo sé—respondió simplemente—. Lo sé aún más porque tengo la firme sospecha que Bárbara sigue sintiendo cosas por mi aunque lo niegue—respiró hondo recordando el día que había visitado a Bárbara en su casa—. Tenías que haberla visto, Jeniffer. La misma cara de susto, la misma expresión de nervios, todo, absolutamente todo lo que un día me enamoró de ella. Solo que ha cambiado. Tiene facciones más maduras y una mirada diferente pero el resto...—Sáhara guardó silencio—. Sigue siendo ella misma detrás de esa fachada que ha construido con el tiempo.

—No lo es, Sáhara—contestó Jeniffer—. No seas ingenua. La mujer que tú conociste no existe—ambas se vieron—. La mujer que conociste en el pasado quedó allí, en el pasado, y deberías entenderlo.