Capítulo 11 - Par de loquitos

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6:59.

Sonreí.

Kara también se dio cuenta que eran ellos, pero me seguía viendo fijamente como una mamá dándole una lección de vida a su hija.

-Lo sé Ali, es perfectamente normal que "las amiguitas de tu no-- pausó un momento. -- bueno, del que te gusta" no te den buena espina. Pero tranquila, Anna no es de ese tipo de chicas. A mi parecer, yo creo que es inofensiva. - me confortó. Sonreí. - Bueno, entonces ya sonrie y no arruines esto por mi ¿de acuerdo? - 
-De acuerdo.- reí. Ella bromeaba. Creo.

Mientras bajábamos las escaleras, me di cuenta que Kara tal vez tenía razón. Soy la paranoia andante... Si Anna me hubiera visto y hubiera abierto el pico, James no estaría aquí. O tal vez, el que tocó la puerta es sólo Ryan que viene por Kara. Mi estómago se revolvió al tan solo pensar en eso.

Kara llegó a la puerta y la abrió.
Una sonrisa se dibujó automáticamente sobre mi rostro.
Él estaba ahí, parado con una sonrisa que me hizo olvidar todo lo que estaba pensando hace apenas unos segundos.

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-¿A dónde iremos?- Kara preguntó desde el asiento de copiloto mientras se volteaba a ver a Ryan que conducía. Ryan le lanzó una mirada a James por el retrovisor, y ambos sonrieron.
-Lo verán cuando lleguemos. - dijo Ryan.
-Pero...  ¿Y si no estoy vestida para la ocasión? - preguntó Kara, preocupada. Ryan se volteó a verla.
-Estás perfecta. - le aseguró con una sonrisa en su rostro.

Creo que estaba equivocada respecto a Ryan. Tal vez este no es un reverendo idiota como los otros con los que ha salido Kara, pero sólo tal vez...

Mis  pensamientos se vieron interrumpidos al sentir la mano de James sobre la mía. Bajé la mirada para ver nuestras manos juntas, la suya sobre la mía. Volví a subir mi mirada para encontrarme con la suya y ambos sonreímos tímidamente. Yo aparte mi mirada al instante aún sin borrar la sonrisa de mi rostro.

No dijimos nada más durante el camino. Bueno, sólo Kara y Ryan hablando sobre tocino. No me molesté en escucharlos, pero sé que hablaban de tocino. De eso estoy segura.

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-¿4 boletos? - preguntó la anciana de la taquilla.

-Sí. - contestaron Ryan y James al unísono.

Habíamos ido a la feria.

Tengo que admitir que al principio me emocioné demasiado de venir a este lugar. Era mi lugar preferido cuando era niña  y ahora que soy toda una señorita de sociedad puedo decir que lo encuentro un lugar perfecto para una cita doble... Claro, si no estás en muletas. ¿James se habría olvidado de ese pequeño detalle? No puedo subirme a nada. Tendré que esperarlos a los 3 en una banca cuando se suban a los juegos. Prácticamente será como si no hubiera venido.

-Ok, diviértanse. - la señora les dio los cuatro boletos y su diviértanse sonó tan no-divertido.

James y Ryan tomaron los boletos y se dirigieron a Kara y hacia mi. Kara sonrió de la emoción, aunque no estaba emocionada por la feria si no por Ryan. Yo traté de dar mi mejor sonrisa, pero al saber lo que me esperaba (ó sea, me esperaba no- diversión) no me salió muy bien que digamos.

-¿Lista? - me preguntó James mientras empezábamos a caminar hacia los juegos mecánicos.

-Buengo, algo así... Pero, estoy en muletas, James. No creo poder subirme a los juegos. - le dije lo más calmada posible. Él soltó una pequeña risita. Me limité a mirarlo confundida.

-Lo sé, Ali. -

-Oh, está bien... - contesté.

No dijimos nada más, y el sonido de fondo que no hacia las cosas tan incómodas -al menos para mí- era la música que al parecer ponen en todas las ferias junto con gente hablando y niños gritando. Kara y Ryan tampoco dejaban de hablar, pero esta vez no les presté atención.

Y todo por una toalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora