Tadeo regresó a la ciudad y lo primero que hizo fue mandarle un mensaje para avisarle que se daría un baño e iría a verla.

"Te espero"

Cuando ese mensaje llegó a su celular, sintió como si su alma encontrara el camino de regreso hacia su cuerpo. De repente, comenzó a sentir la calidez de la vida corriendo por sus venas. Aunque tenía un poco de temor por lo que le diría Olivia, había decidido confiar en que todo saldría bien.

Cuando llegó y golpeó la puerta, sintió los latidos de su corazón golpeando fuerte contra su pecho.

La puerta se abrió a los pocos segundos y del otro lado apareció una Olivia un tanto seria.

Se observaron en silencio por unos segundos hasta que ella se acercó a él y lo rodeó en un abrazo. En ese instante, Tadeo recuperó todo el aire que había perdido. La paz volvió a su ser y se permitió rodearla por la cintura y apretarla contra sí.

—Perdón —masculló Olivia aun entre sus brazos.

—¿Por qué?

—Por haberme comportado como una idiota, no lo merecías.

Tadeo rompió con el abrazo, pero no con la cercanía y se permitió mirarla a los ojos.

—Me dolió, pero creo que es entendible —le dijo con una mueca.

Oli tomó su mano y lo guio hacia adentro.

Pato estaba en su habitación así que se sentaron en el living a hablar, en el sofá grande, medio enfrentados.

—Quiero que sepas que te apoyo, ¿si? —le dijo Olivia mirándolo a los ojos—. Pero me cuesta alegrarme porque me duele saber que estarás lejos tanto tiempo.

Tadeo tomó su mano, entendiéndola. A él también le dolía pensar en ese futuro, pero tenía la alegría por el sueño cumplido a flor de piel así que ambos sentimientos se mezclaban y se neutralizaban mutuamente.

—A mí también me duele. Pero quiero creer que podremos... Si es que quieres.

—¿Si quiero qué?

Tadeo se encogió de hombros mientras pasaba su dedo pulgar por el dorso de la mano de ella, haciéndole caricias leves.

—Seguir con esto.

El corazón de Olivia se aceleró ante esas palabras. Fue un puñal bastante fuerte que sacudió todo su interior.

Pensar en alejarse de Tadeo, teniéndolo allí enfrente y siendo consciente de lo mucho que lo amaba, era muy doloroso. Definitivamente, esa no era una idea a considerar.

—Haremos que funcione —le dijo con media sonrisa—. Si tu quieres.

Tadeo sonrió tímidamente y no aguantó más. Se acercó y buscó sus labios, esos que tanto había anhelado en esos días de silencio y distancia.

Y todo volvió a la vida.

Lo intentarían juntos.

***

Después de prometerse que seguirían intentando que lo suyo funcionara a pesar del futuro frío que les esperaba, pasaron mucho más tiempo juntos. Tadeo iba a la casa de Olivia apenas llegaba de sus viajes por trabajo y se quedaba allí hasta que iniciaba el nuevo.

De a poco, Oli comenzó a interesarse más por la experiencia que Tadeo estaba por vivir, así que miraban videos juntos sobre el lugar y de personas que habían vivido lo mismo. A pesar del dolor por la distancia que se aproximaba, Olivia comenzó a sentirse feliz por Tadeo. Sabía que era una persona que amaba conocer lugares nuevos y aquello sería una oportunidad que no cualquiera podía tener.

Una parada en Colonia BasiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora