Era de un tamaño de 2x2.5 metros. Sin duda la segunda pieza más elaborada de la noche.

Se trataba de la visión de Sakura, eso lo sabían Rebeca, Andy y él. Pero para todos los demás sabían que se era la visión de un alguien. Por lo que podían ver la persona era una mujer que estaba acostada sobre una cama, lo que ella veía era el techo, parte de un ventilador de madera con sus focos apagados, pero que la luz de la luna hacía que todo eso fuese visible en cantidades razonables. Pequeños detalles como la textura de la pared, la parte superior de un escritorio, una fotografía que no se podía ver su contenido y lo más sobresaliente, lo que acaparaba justo en la mitad del cuadro, la figura de un hombre, no se podía ver el rostro porque estaba algo borroso ya que la luz de la luna no le llegaba a sus rasgos. Traía el pantalón de un traje con el cinturón desabrochado, no tenía ya la camisa, y algunos de sus músculos abdominales eran visibles. Se alzaba sobre ella con una de sus manos en el cuello. Según la posición donde sería si pudiesen verlo. Ella estaba alzando una de sus manos y la trataba de quitar la mano opresora con muchas fuerzas, por las marcas que presentaban los músculos de la mano, mientras con la otra, que no se sabía si estaba pidiendo ayuda o trataba de ahorcar a aquel hombre, estaba alzada a su máxima potencia sobre ella.

–  Es tan erótica – comentaban unos

–  Sádica, emocionante. – decían otros con disgusto y admiración.

–  Creo que refleja perfectamente el amor. – comentaba un señor a su esposa que veía felizmente la pintura.

–  El amor es parte fundamental de esta pintura, creo que realmente no quiere ahorcarlo o esta pidiendo ayuda, creo que lo que realmente quiere hacer es tocar a ese hombre muy desesperadamente – cuando escuchó este comentario de una mujer mayor pero bien arreglada. Dan miró nuevamente a la imagen con incredulidad y con nuevos ojos. Sakura estaba haciendo el amor con Andrew. Aunque tal vez en ese momento no quisiera y Andrew le estuviere forzando. Pero aunque tal vez Sakura no quisiera en un principio, luego de eso Sakura quería tocar a la persona más amada para ella.

Se retiró de la sala y fue por un trago.

Mientras tomaba algo miró en dirección a Sakura. Estaba platicando con la señora que había hecho el comentario que le había dejado algo molesto. Ella sonreía y negaba con la cabeza. Después la señora le hacia una pregunta o algo por el estilo pues Sakura comenzaba a buscar por la sala. Miraba a Dan y le señalaba sonriendo. La señora volteaba a verlo y fruncía el ceño.

Se concentraba otra vez en Sakura, le daba la mano y se retiraba. Su novia veía mientras se marchaba. Luego camino hacia el bar y se sentó al lado de Dan.

–  Siento haberte señalado de esa forma.

–  Sin problemas.

–  Era la señora Amanda Radhliffe, quería que le vendiera la pintura de la sombra. Le dije que lo pensaría. Pero que por el momento no planeaba vender alguna de mis obras. Ella dijo que hacia lo correcto. Pero que en cuanto estuviera dispuesta a venderlas la llamara. Me dio su tarjeta – se la dio a Dan – luego me preguntó quien había sido el que había inspirado esa obra. Le dije que nadie. Que al igual que con “The Windows” había soñado con ellas, y lo único que había hecho había sido plasmarla en el lienzo. Me preguntó por mi acompañante y es por eso que te señalé Fue la mejor charla de la noche.

–  Seguro que así lo fue Sakura.

A la mañana siguiente Andy, Rebeca, Sakura y Dan salieron a desayunar a un parque. Francia era algo ruidosa y casi todos los lugares estaban llenos de gente. Pero les gustaba poder estar ahí.

Aunque aun faltaban Sebastian y Criss para que todo fuese perfecto. Claro, ahora también se incluía a Tristan en esa lista.

–  …Fue entonces cuando se cayó el pobre Tristan – dijo Sakura -  era adorable, tenía su rostro todo sonrojado y parecía que no sabia lo que pasaba. Vio primero a Sebastian y luego a mi confuso y cuando los dos nos comenzamos a reír él también lo hizo.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora