Las malas noticias nunca son bien recibidas

247 9 6
                                    

Ese hijo de puta.

Pensaba mientras golpeaba fuertemente el estomago de Andrew. Dios, solo recordar la expresión aterrorizada de Sakura cuando vio a Andrew mientras le tomaba del brazo le hacía enfurecer. Le había hecho daño.

Daño.

A ella.

A Sakura.

A su esposa.

Al amor de su vida.

El bastardo le había hecho daño y lo sabía por la expresión que había puesto ella, tomándola de esa manera del cuerpo, y al pequeño Tristan tan asustado, abrazando el pequeño y frágil cuello de Sakura mientras enterraba su rostro en su pecho y gemía gritaba una y otra vez papá.

Volvió a golpearle. Esta vez en una costilla. Y él recibió un golpe en la quijada haciendo que perdiera el equilibrio y se hiciera hacia atrás.

Eso había dado el tiempo suficiente para que sus amigos pudieran separarles

–  Dios santo. Paren de una buena vez – Andy le abrazó desde atrás y entorpeció sus movimientos. 

Criss solo se había colocado con los brazos extendidos delante de ambos, Andrew respiraba entrecortadamente, pero le miraba con un odio tremendo. “Bien- pensó-Así el sentimiento es mutuo” Miró rápidamente en dirección a Sakura.

Ella se encontraba desorientada, con los ojos desorbitados de la preocupación por él. Y apretaba muy fuerte a Tristan. Sebastian estaba al lado de ellos. Protegiéndoles, sosteniendo a Sakura pues no fue hasta que los miró bien que se dio cuenta de que Sakura tenía el cuerpo inclinado, como si quisiera saltar a ayudar en algo.

Se relajó un poco.

–  Pero si ah sido él quien me ha atacado – vociferó Andrew, hace años que no escuchaba su voz. Maldita voz tan atractiva. Pensó mientras se desprendía de Andy y le aseguraba que no iba a intentar matarlo nuevamente.

–  ¿Cómo no lo iba a hacer? – Dijo Andy pálido como la nieve, sin embargo con voz serena – Has asustado a Sakura-chan a muerte, y te hemos visto tomarla bruscamente.

–  ¡Lo odio! – un grito claro pero agudo se alzó en medio de la confusión, y que venía directamente del pequeño que tenía aun Sakura en brazos y veía a Andrew con la misma mirada de Sebastian.

Andy, Dan, Criss y Andrew vieron el enorme parecido de ambos. Padre e hijo, amando a Sakura y protegiéndole, La mirada que le enviaba Sebastian a este era exactamente la misma que la del pequeño. Y todos estaban seguros que lo que dijo Tristan era lo que había pensado Sebastian.  

–  ¡Estaba huyendo de mi, maldición!

–  ¿Te sorprende? – Sebastian se irguió y se colocó enfrente de Sakura y de su hijo.

–  ¡Claro que me sorprende! Demonios chicos. Esto no es exactamente como…

El rostro de Andrew se descompuso y ensombreció al ver que Dan daba largas zancadas hacia Sakura. Su rostro estaba lleno de pánico, ansiedad, preocupación y amor.

–  ¿Estás bien? – le preguntó en un susurro que, sin embargo, todos habían escuchado. Ella asintió lentamente y miró en dirección a Andrew con curiosidad y miedo para desviarla rápidamente al ver que le estaba observando detenidamente. - ¿Estás segura? – Dan le acaricio la cabeza a Tristan y el pequeño miró a Sakura para comprobar si estaba realmente bien la única madre que conocía. 

–  La tomó de su brazo, tío. – Dijo el pequeño antes de volver a mandarle una mirada envenenada a Dan.

–  Déjame ver – Hizo una especie de gruñido en cuanto vio las marcas rojas que se habían formado en su antebrazo.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora