Besos inesperados

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Sebastian miró a Sakura quien se encontraba en la sala con Tristan en sus brazos dándole su biberón. Extrañaba como el infierno a Samantha, pero Sakura y Tristan le daban fuerzas para seguir adelante. Ahora Sakura estaba bajo su tutela, seis meses viviendo los tres era maravilloso. Ella era como una hermana pequeña que cuidaba de Tristan.

Dios, hasta parecían una familia.

Le encantaba salir con ellos al parque, la primera vez que Sakura salio con él y su pequeño había sido como si un pequeño hubiese abierto los ojos por primera vez.

Después de eso salían todos los fines de semana al parque, Tristan había crecido mucho, aunque aun no podía caminar ya quería levantarse y jugar con las cosas que se encontraban a su alrededor.

Sebastian tomaba a Liebe, a ese enorme perro que le conocía desde cachorro, con una mano y con la otra tomaba la de Sakura, ella, con la mano que sobraba tomaba la carriola de Tristan manejándola a la perfección mientras caminaban alrededor del estanque del parque.

Después se sentaban y comían en el pasto.

Como le gustaban los fines de semana.

Sin embargo la mayor parte de su recuperación era debido a Dan, aquel idiota que le había dicho más de lo que debía había hecho la diferencia. Algunas veces Sakura se sentía frustrada al no poder recordar cosas, y era mucho más frustrante para ella saber que todo lo que había aprendido en la facultad de medicina no serbia ahora para nada.

Rebeca había dado la solución a eso. Le había regalado pinturas de óleo y un marco con pinceles para que ella pintara. Las primeras pinturas que había realizado hace un par de meses habían sido las de una aficionada, pero ahora era muy buena. Y Sebastian se había dado cuenta de que le gustaba pintar el cielo.

Criss era tan atento a ella, le llevaba dulces, pintura, lo que ella quisiera o diera indicios de querer, le consentía como si se tratase de una niña. Y después de todo, lo era.

Andy le hacia reír, como siempre, Dimitri era quien le preocupaba, durante los primeros meses después de que Sakura hubiese perdido la memoria, Dimitri había ido a miles de partes del mundo, buscando a cientos de doctores para una opinión medica. Sin éxito alguno.

–  Lo siento tanto Sakura – le había dicho dos meses atrás sentado frente a ella al borde de las lagrimas – lo siento de verdad. No encuentro algo para poder recuperar tus recuerdos. – Se había inclinado sobre sus rodillas y había colocado sus manos en sus ojos para que Sakura no viese sus lágrimas.

–  Dimitri – había dicho Sakura acercándose a él y colocándole una de sus delicadas manos sobre la espalda – escúchame – con la otra mano le había alzado el rostro y colocado frente a ella – soy feliz.

Aun recordaba Sebastian, que se encontraba en el umbral sin querer interrumpir, como Dimitri había abierto los ojos rojos con asombro al ver la enorme sonrisa de la Sakura que recordaba.

–  No tienes recuerdos – había dicho él.- no pude protegerte como quiero hacerlo.

–  Sé, Dimitri, muy bien, que aquellas memorias que tenia de todos ustedes han desaparecido – con un dedo le había quitado una lagrima a Dimitri – y no volverán – Sakura le había depositado un beso en la frente - pero no las necesito. Soy lo que soy. No me veas como una nueva Sakura, veme como a tu amiga, una amiga que sin importar que no recuerde las cosas que pasamos, te quiere por lo que somos ahora. 

–  Dios Sakura – Dimitri se había desmoronado totalmente en sus brazos y se había clocado como un niño pequeño sobre sus muslos – Te amo tanto.

–  Yo también Dimitri, te amo. – Sakura le había pasado la mano sobre su pelo hasta que se hubiese quedado dormido. Cuando miró hacia el frente y le había visto en el umbral contemplando todo aquello, Sakura había colocado su dedo índice sobre sus labios pidiendo silencio, para después volver a Damien que se encontraba dormido en ella.

Sakura giró su mirada en su dirección y le sonrió.

–  Creo que esta a punto de dormirse.

–  ¿Quieres que lo cargue?

–  No me molesta tenerlo en mis brazos.

–  Apuesto a que no – se sentó en el sillón de al lado observando como Tristan veía a Sakura con ojos adormilados, aquellos ojos que se parecían tanto a los de Samantha, verde intenso y hermoso.

–  Es tan pequeño – dijo Sakura aun mirándole – pequeño y adorable. Tristan se parece tanto a ti y a Samantha, creo que amo a este pequeño tanto como amo al padre.

–  Y el pequeño y el padre te aman como tú les amas.

–  Genial – dijo sonriéndole.

Sí, asi era Sakura, no era la nueva, para nada, la misma sonrisa de satisfacción cuando estaba orgullosa, aquellos ojos inquisidores cuando sospechaba algo. Aquellas manos alentadoras si las necesitabas.

Se veía relajada y cómoda viviendo con él. Era verdad que deseaba su cuerpo bajo de el de él un par de veces al mes. Que la encontraba físicamente atractiva en todos los sentidos en los que se pueda encontrar una mujer atractiva. Pero también era condenadamente cierto que cuando ambos se besaban era como besar a su hermana pequeña.

Sí, solo una vez se había besado con toda la pasión desbordando entre ellos, sin interrupciones, sin lamentaciones. Había sido un beso maravilloso.

Ella estaba viendo la tele con Tristan cuando había llegado él del trabajo, había dejado su portafolio como siempre y le había dado un beso en la frente a Tristan ya dormido sobre el sillón.

Después le había dado un beso a Sakura en los labios como siempre lo hacia, pero algo había sucedido, algo que había hecho que se miraran por unos segundos, ella sonrojada y él casi jadeando.

Y había sido ella quien había dado el primer paso.

Se había acercado y cerrado los ojos para que él terminara aquel beso. Él no había demorado en aceptar la invitación. Le había tomado de la nuca e introducido su lengua en su boca. Ella había respondido totalmente.

No sabia durante cuanto tiempo se habían estado besando.

Solo besando, nada más que ese contacto físico.

Pero para él, había sido la eternidad.

Después de ese beso y cuando abrieron los ojos hubo… nada.

Ni de él ni de ella.

Había sido totalmente estupendo.

Ninguno de los dos había dado explicaciones, ninguno de los dos se habían sentido avergonzados, ninguno de los dos había cambiado la relación que habías hecho hasta ese momento. Ninguno de los dos quería cambiar esos sentimientos extraños menos que deseo total y mucho, mucho más que amor.     

–  Ve a dormir – dijo Sebastián – yo llevaré a Tristan a su cuarto.

–  Bien – dijo ella levantándose – entonces buenas noches.

–  Buenas noches.

–  Ah – dijo antes de dar la vuelta para subir las escaleras – mañana no estaré en casa.

–  ¿Saldrás con Dan?

–  Sí.

–  Está bien, entonces ¿Te veré para cenar?

–  Claro.

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Por fin algo diferente supongo... SALUdos espero sus comentarios y votos :D vi que a muchos les agrado que al final Andrew y Sakura se separaran... el problema es por cuanto tiempo? porque paso esto?? Las dudas se aclararan despues :D Espero votos y comentarios heeeee!! 

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora