Capítulo 17: El Soldado Y La Espia

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Una semana había pasado desde la huida de Natasha, Steve se sentía cada vez más desesperado.

Puesto que no sabía nada de su esposa, lo último que logró encontrar fue que le había rentado un camper a un hombre Moreno que Natasha conocía de hace años.

Llevaba semanas sin conciliar el sueño, se sentía estresado, sin energía. Como una bomba a punto de estallar.

Desde que Barton les había explicado quien era Taskmaster su angustia creció el doble, no podía dejar de estar angustiado porque el amor de su vida pueda estar en manos de un asesino.

—¿Donde estas Nat?—preguntó cuando vio la ventana.

Dado que no había vuelto a conciliar el sueño, optó por hacerse un café e insistir en la búsqueda de la pelirroja.

Un pequeño llanto lo sacó del silencio, negó varias veces.

—No otra noche no, Natalia —se dijo así llendo hacía la habitación que en esos momentos compartía con sus hijos —Es la cuarta vez esta semana que te despiertas.

El llanto incesante de su hija le estaba colmando la paciencia, y eso que se caracterizaba por ser alguien sumamente paciente. Pero estaba llegando a su límite, estaba desesperado, ya no sabía que más hacer para calmarla. No sabía cantar, ni se sabía siquiera la nana que su madre solía cantarle cuando no podía dormir.

—Ya, ya —dijo dándole golpecitos —Te prepararé la fórmula, haber si conseguimos algo.

Miró por breves minutos a su hijo menor: James, quien estaba bastante tranquilo. Dormía, y eso a Steve le daba paz.

—¿Vez? James no llora —le había dicho a su hija.

Se aseguró de que su hijo estuviera bien y camino hacia la cocina, sacó leche y un biberon de la estancia de arriba que tenía la casa.

Calento leche en una olla y la sirvió en el biberon, intentó dárselo a la pequeña pero está lo rechazo con sus propias manitas.

—No puedes estar otra noche sin dormir, pequeña —dijo el cansado.

Volvió a darle el biberon con la fórmula pero está volvió a rechazarlo, Steve ya cansado tomó a su niña en brazos y se dirigió a la sala.

—Bien, te diré una historia. Se que te gustan mucho —hablo —Esta historia se llama: "Como la espía y el soldado se enamoraron."

La mirada azul de la pequeña miró directamente los de su padre, mientras se acurrucaba entre su pecho para escuchar el relato.

—Recuerdo que conocí a tu mamá cuando yo desperté luego de varios años —relataba.

"Steve Rogers corría a gran velocidad por las calles de New York, se sentía confundido, asustado. Miró a su alrededor notando lo extraño del lugar.

—¡Descansé soldado!—frente a él estaba un hombre de tez morena, Steve podía jurar que se trataba de alguien peligroso.

El hombre se mantenía sereno, el capitán se encontraba desorientado. ¿Que era aquello?

—Lamento mucho este espectáculo, solo queríamos revelartelo lento —le había dicho el extraño hombrecillo, dejándolo todavía más confundido.

—¿Revelarme qué?—dijo el soldado.

—Estuviste dormido por casi setenta años —reveló luego de suspirar."

—Había sido un golpe duro de sobrellevar, todos mis conocidos se habían ido y no había podido cumplir la promesa a tu tía Peggy. —narraba el capitán a su pequeña —Luego la conocí a ella.

What If: Pre-Civil War (Romanogers) Where stories live. Discover now