Capítulo 2: Aparente Calma

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Natasha suspiro de manera tranquila, tanto ella como Steve decidieron quedarse en la base. Aún no habían hablado sobre el hecho de vivir juntos.

Habían pasado un par de semanas desde que se dio a conocer su estado, y lo que en un principio había sido un día normal, se había convertido en una pesadilla.

—Diles a todos que tendrás un bebé y te tratarán como si fueras de cristal —hablo fastidiada mirando por la ventana de la habitación.

Un toque de escucho en la puerta, suspiro pesadamente. Hoy era de esos días que no estaba de humor.

—Adelante —dijo ella parándose del lugar.

—Hola, supuse que estarías un tanto estresada con todo lo del bebé y la revelación al equipo, así que te traje un té. —comentó dándole una sonrisa.

—Gracias —respondió amablemente —No se como es que lo haces, pero siempre sabes que es lo que necesito.

—Es simple —dijo él —Observar y escuchar.

—Se te da bien —dijo ella. —Ya se quien será la consejera de nuestro hijo cuando esté en la etapa de las hormonas.

—Creo que no tendré problemas con ello. —contestó robándole un beso en los labios.

Ella se recostó en su pecho como un método de relajación, durante esos días todo había sido lleno de total calma.

El consejo aún no estaba enterado de su relación actual, y esperaban seguir manteniendolo así.

—¿Haz notado algún cambio? —preguntó Steve.

—No, todo parece estar bien con nosotros de momento. Las náuseas y el vómito no parecen darme tregua.

—Te prometo que pasara pronto, Pepper dijo que las primeras semanas son un tanto difíciles de sobrellevar. —prometió él.

—¿Ahora investigas temas relacionados con embarazadas?—ella sonrió.

—La noticia del bebé fue algo que nunca esperaba que llegara a suceder, es la emoción.

Ella sonrió, en el pasado se sentia fatal al estar en una relación con Steve aún sabiendo el tema de su esterilización.

Pero aún contra ese pronóstico, Steve prometió amarla sin importarle nada. Ni siquiera el hecho de que quizás no podría darle la familia que el necesitaba.

—¿Que hice para merecer a un hombre tan bueno como tú, Rogers?—le preguntó mirándolo con cariño.

—Eso mismo me preguntaba yo. ¿Que hice para merecer yo a la mejor chica?

—¿A pesar de mi pasado?—cuestionó insegura.

—Nat, otra vez estas menospreciandote. Se que no es fácil sobrellevar aquello, pero te lo dije antes y te lo vuelvo a decir; lo que hayas hecho en sala roja no me importa. Me importa lo que haz logrado a día de hoy.

—Pero Steve, mis manos están llenas de sangre. Mi pasado esta lleno de números rojos. —respondió ella insegura. —Tu podrías haber elegido a una chica linda, que te diera lo que yo me he negado a darte, conmigo solo corres peligro. Debiste intentar algo con esa vecina tuya.

—¡No me importa tu pasado Nat! Te obligaron, fue contra tu voluntad. No fue tu culpa, se que no querías hacerlo.

—Pero lo hice —fue su respuesta casi silenciosa.

—Te redimiste, eso es lo que importa. —anunció levantando su mentón —Lo que me importa. Además Sharon no es mi tipo; si es linda no lo negaré, pero tengo un peculiar gusto por las pelirrojas.

What If: Pre-Civil War (Romanogers) Where stories live. Discover now