『Tus manos』

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Tu cabello ahora se encontraba en una coleta despeinada, y vestías una camiseta sin mangas rosa. Los shorts que portabas ese día eran deportivos, y de un color blanco con líneas negras. Predeciblemente, también portabas tu collar de jade con cara de un dios azteca.

De pronto, Kirishima sintió un escalofrío pasar por su cuerpo, y sus ojos chocaron con los de Bakugō, los cuales estaban anormalmente fríos. Prácticamente todo su cuerpo recibió la señal de que si no se volteaba y dejaba de verte en ese instante, Bakugō lo mataría. Y no en el sentido metafórico.

— Vi que prácticamente te estaban haciendo caldo —hablaste, distrayendo a Bakugō y salvándole la vida a Kirishima, aunque tú no lo sabías—. ¿Qué se supone que estaban logrando con eso?

Bakugō terminó de cortar los vegetales, y tomó los que te faltaban de cortar— Mi quirk se basa en mi sudor. Intentaban aumentar mi resistencia al calor y mejorar mi facilidad de sudar.

— Mhm, por eso hueles a caramelo quemado —tu mirada seguía en los vegetales, por lo que te perdiste de la rápida y pequeña sonrisa del rubio—. Caldo de Bakugō —lo molestaste—, bueno para derrotar villanos.

Bakugō te siguió el juego, sin cambiar su tono de voz— Tomar dos dosis al día, una antes de la batalla y otra después de esta.

Comenzaste a reír de nuevo por su manera tan seca de decirlo. El rubio terminó de juntar los vegetales cortados y se levantó a llevarlos a las personas que estaban cocinando. Denki, quien había estado sentado frente a ustedes, volteó con cara de confusión y conmoción. A su lado, Sero también se encontraba impactado por lo que había visto y escuchado.

— Bro... —el pelinegro habló como si hubiera visto algo anormal—, acaso... ¿Acabo de ver a Bakugō bromeando sin insultar a alguien?

— Creo que hoy realmente quemé mi cerebro.

Cuando terminó la comida, los chicos se dividieron para entrar a las aguas termales. Estabas un poco incómoda por la falta de vergüenza de las chicas en entrar al agua sin preocuparse por quien las viera.

Tu espalda se recargó en una roca particularmente caliente y respiraste hondo, circulando tu energía vital. De pronto, el sonido de explosiones se escuchó a través de la separación de ambas salas.

Intercambiaste miradas con las demás chicas, pero al ver que ninguna de ustedes estaba dispuesta a salir de las aguas termales, volviste a acomodarte en la piedra. Una hora después, todas las chicas salieron juntas. Fue en ese momento en el que te encontraste con una situación algo bizarra.

Bakugō se encontraba siendo restringido por Kirishima, quien había endurecido su piel para recibir los ataques explosivos del rubio. Frente a ellos, Mineta se encontraba lloriqueando. Al ver al último, no escondiste tu desdén por él. Francamente, te ofendía bastante que la escuela no estuviera haciendo algo en relación con el comportamiento pervertido de este.

Ragdoll y Mandalay también estaban ahí, llamando a alguien a través del celular. Pixie-Bob y Tora estaban intentando hacer que el rubio se calmara.

— ¿Qué pasó? —preguntaste al aire.

Bakugō finalmente se detuvo al ver que todas las chicas también estaban ahí. Sus ojos estaban firmemente apartados de ustedes, dándoles la cortesía básica de no mirarlas mientras que no estaban vestidas.

— Este maldito pervertido trepó la pared que daba a ustedes —Bakugō chasqueó la lengua—. Claramente quiere morir.

— ¡No te había importado antes! —el chico en el suelo se excusó—. No dijiste nada cuando Kaminari y yo engañamos a las chicas a ponerse un traje de animadoras durante el festival deportivo.

Miraste al rubio con una ceja alzada.

— Porque no era mi asunto si querías ser expulsado —el rubio comenzó a dejar salir explosiones pequeñas de sus manos—, aunque claramente debí de haberte matado desde entonces.

Ragdoll finalmente terminó su llamada y calmó a los presentes. Para cuando todo el espectáculo terminó, Mineta estaba en probación con el profesor Aizawa y Bakugō tenía dos días extras de limpieza del aula. Las chicas ya se habían ido a vestir, solamente escuchando el veredicto de Mineta.

Esa noche, claramente inconforme con su castigo, Mineta siguió hablando de chicas. Y no importaba cuantas veces Kaminari intentara distraerlo, el chico regresaba al mismo tema.

— Honestamente —Mineta habló—, _____ tiene unas manos muy lindas. Claramente deben de ser suaves.

Kaminari alzó una ceja ante el comentario relativamente inocente, sin embargo, Bakugō se había detenido en seco al escuchar las palabras de Mineta— ¿Sus manos?

— En lo que uno siempre debe de fijarse en las chicas son cuatro cosas —Mineta explicó—. Sus pechos, su trasero, sus muslos y sus manos.

Finalmente Kirishima entendió a lo que refería el chico— ¡Mineta! ¿Quisieras callarte? Eso es muy pervertido, no es nada varonil hablar de esa manera de las chicas.

— Yo aún no entiendo —habló Sero—, ¿Qué tienen que ver los muslos y las manos?

— Estamos hablando de dónde puedes frotar ya sabes qué en ellas.

Inmediatamente los demás chicos soltaron sonidos de asco.

Midoriya miró mal al chico— Que asco, Mineta. ¿Realmente solo piensas en eso?

— ¡Lo único que digo es que las manos de ____ deben de ser bastante buenas para eso!

Bakugō lo miró seriamente. Su aura mandaba señales de peligro. Kirishima tragó en seco al verlo, ya que por un momento sintió verdadero miedo. Bakugō caminó lentamente hacia Mineta y posó su mano pesada en el hombro de este. Inmediatamente, la camisa de Mineta dejó salir humo por la alta temperatura de la palma de Bakugō.

— Esta es tu segunda advertencia, maldito asqueroso bueno para nada —Bakugō le sonrió sádicamente mientras que susurraba las palabras en su oído, evitando que los demás lo escucharan—. Vuelvo a verte hablar, mirar o si quiera pensar en ____, te voy a matar violentamente.

Mineta palideció, y Bakugō lo dejó ir. Y así, sin más que decir, él regresó a su colchón en el suelo. Los demás chicos observaron esto sin reaccionar, ya que no habían escuchado lo que el rubio había dicho y no era inusual verlo amenazar a personas.

Nadie se lo tomó enserio, pero en la noche, Mineta soñó con una explosión tan grande que lo volaba en pedazos. Sin más que decir, era obvio que tus manos eran parte de la obsesión de Bakugō en ti. 

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⏰ Dernière mise à jour : Sep 01, 2021 ⏰

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Psycho [Bakugō Katsuki y tú]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant