Tras la tardía presentación de su segundo género, Chifuyu se ve envuelto en el peor problema que la vida pudo darle. Si ser un beta dentro de la ToMan está mal visto, ni pensar cómo reaccionarán sus compañeros al enterarse de que acaba de tener su p...
N/A: Hola, lindas personitas. ¿Qué tal están? ¿Todo bien después de la bomba que Wakui nos lanzó el martes?
Yo aún no lo asimilo, pero bueno.
Aquí les traigo otro capítulo que me costó un montón decidirme por publicar. Hice tres borradores y este es el resultado, haha. Si hay errores y faltas ortográficas culpen a mi lado impulsivo que ansiaba darles una actualización sin editar. <3
Por cierto, ¡Ey, tú! Sí, tú. Gracias por leer y dejar lindos comentarios en cada capítulo💖💖 No sabes lo feliz que me haces. Eres lo máximo.☺️
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Mikey siempre se consideró una persona observadora.
No es que goce de buena vista, mucho menos de visión nocturna como los búhos y felinos, más bien Mikey ha de tener la capacidad de ver más allá de lo ostensible, de buscar el detalle y de analizar lo que muchos suelen pasar por alto.
Con el transcurso de los años aprendió a darse el tiempo de estudiar cada ínfimo pormenor y adquirir un enfoque analítico de situaciones simples e irrelevantes que nadie se tomaría la molestia de entender. Claro que, luego de adherirlo a su constate rutina, terminó convirtiéndose en un hábito el observar comportamientos, conductas y detalles en la gente, por muy implícitas que fueran.
Por ello, cuando Baji comenzó a presentar un comportamiento inquieto al enterarse que el beta —omega, al parecer, según la reciente notificación de Takemichi— había desaparecido, fue como presenciar la conducta de un animal salvaje a quien se le privó de su libertad inesperadamente. La reacción brusca y cizañera ante la más mínima mención del chico rubio de ojos azules había alertado todos sus sentidos y cómo no, despertó su instinto de alfa. Ver a su amigo tan desesperado por encontrar al betano era una conducta digna de un alfa de su nivel.
Algo extraño había allí y para el líder de la Tokyo Manji no fue tan difícil dar con una respuesta concreta.
La cuestión era sencilla. Ese dudoso acercamiento y la visible conexión que esos dos idiotas tenían y juraban no tener era un claro ejemplo de lo que un vínculo fuerte e inquebrantable estaba formando.
El comienzo de una unión tradicional, como solían catalogarlo algunos, entre un alfa y un omega.
Al principio le pareció muy extraño. Tenía entendido que el chico, Fuyu, como suele decirle Baji cuando le habla sobre él, era un beta. Un beta hecho y derecho que pelea y piensa como un alfa. Lamentablemente, al guiarse por esa base todas sus hipótesis carecían de sentido y ninguna le parecía lógicamente aceptable.
Qué va. Si logró llegar hasta ese punto, seguir tirando de aquel hilo no le haría perder el tiempo.
Sin importar lo inmoral e inoportuno que le pareciera, no quiso descartar la idea de que Chifuyu estuviese fingiendo ser un beta sólo para tener acceso directo a la ToMan y a la división de Baji, lo cual sería muy decepcionante de ser cierto.
