—Okay. —respondió en un hilo de voz.

Fruncimos el ceño, y yo lo tomé de la espalda.

—¿Estás llorando? —preguntamos al unísono.

—No... Sí, siento que me vuelvo loco.

—Contrólate, sé que tu puedes.

Le tomé la mano, él me miró.

—Sé que tú puedes. —apoyé.

—¿Y bien?

—Sí, lo haré.

Asentimos, encaminándonos hacia mi habitación, aprovechando que mi yo del pasado se había marchado ya, pero sentí unos pasos y me giré, encontrando a Thor escapando, por lo cual lo perseguí, dejando a Rocket a solas.

Minutos después.

Luego de correr tras el rubio y perderlo a mitad de camino, me rendí y dejé de correr, tratando de pensar con claridad hacia donde pudo ir, ni siquiera tenía en cuenta de en qué pasillo estaba, ni me estaba asegurando de si podían verme.

Grave error.

—Hola, ___.

Abrí los ojos con terror, reconociendo esa voz al instante.

Era Loki, maldita sea.

—Ah, eh... Y-yo... —boqueé, tratando de calmarme, pero me era imposible.

Me giré hacia él, totalmente temblorosa y nerviosa, hasta que nuestras miradas se conectaron.

—¿Te encuentras bien? ¿No tenías asuntos que resolver?

—S-sí, hmmm, ya las resolví. —respondí nerviosa.

—¿Ah sí? ¿Y que tenías que hacer acaso? —preguntó con ironía, mientras arqueaba una ceja.

Mierda, ¿ahora qué mentira inventaba?

—B-bueno, yo debía ayudar a tu madre a... A buscarle un atuendo a Jane, sí, para su estadía en Asgard.

Quise golpearme a mí misma, por ese triste intento de mentira.

—Sabes que no eres buena mintiendo, ¿verdad, preciosa? —dijo entre risas— ¿Qué te ha traído al pasado?

Bufé, para luego soltar una risa nerviosa.

—Nunca dije que viniera del futuro.

—¿Ah no? ¿Y ese corte de hongo que tienes? ¿Te lo acabas de hacer?

—¡Hey! —exclamé indignada.

El rio, mientras yo le rodé los ojos.

—Ya dime la verdad, ___. —pidió.

—Sí, vengo del futuro... —suspiré.

—Puedo notar en tu mirada que no has estado bien, así que supongo que vienes a arreglar tu vida, ¿no?

Asentí, balanceándome sobre mis pies.

—Eres muy inteligente.

—Lo aprendí de ti.

Sonreí levemente, hasta que recordé que no podía quedarme mucho.

—De acuerdo, tengo que irme. —avisé— Tengo pánico de que tu hermano esté haciendo alguna estupidez y se cague el plan.

—¿Desde cuando tienes esas palabrotas, mujer? —preguntó con sorpresa.

Sonreí nuevamente.

—Desde hace un tiempo.

Me acerqué un poco más, siendo lo único que nos separaba, la barrera de magia, sentí las lágrimas llegar a mis ojos.

Cuánto lo extrañaba.

—De seguro todo te va a salir bien, preciosa, no tienes por qué llorar.

—Sí, es sólo que yo... Te extrañé, Loki.

El me sonrió cálidamente.

—Nos volveremos a encontrar.

Asentí, dispuesta a irme, para no seguir masacrando a mi corazón.

Esta vez, ya atenta, usé mi magia para hacerme invisible, mientras corría de pasillo en pasillo, hasta que finalmente, a lo lejos, vi a Thor sentado, por lo cual corrí hacia él.

Quité la magia en cuanto entré en la habitación, y caminé hacia el molesta.

—¿En qué mierda estabas pensando al irte así? En estos momentos quiero ahorcarte con mis propias man...

Me callé en seguida, al ver a mi lado a la hermosa mujer rubia, madre del hombre al que estaba hablando.

—Mi linda niña, ¿acaso no te enseñé a insultar con más propiedad? —dijo sonriente, acariciándome la mejilla.

—Mi reina, yo... Qué vergüenza. —musité apenada.

En seguida, ella me abrazó, me sentí tranquila ante su cálido y cariñoso tacto.

—Te ves preciosa.

—Pero nunca igual de preciosa a ti, Frigga.

Sonreímos, hasta que un ruido nos sobresaltó, era Rocket, que llegaba corriendo, tras él, estaban unos guardias.

—Mamá, hay algo que debes saber.

—No, hijo, no lo digas, vinieron a arreglar su futuro, no el mío.

Sabía lo que quería decirle.

Que iba a morir.

—Es que es algo sobre tu futuro...

—Y no es de mi incumbencia.

Finalmente, el mapache llegó hasta nosotros.

—Hola, usted debe ser su mamá... —saludó a la reina, luego se dirigió a nosotros— Ya tengo la gema, tenemos que irnos.

—Ojalá tuviéramos más tiempo.

Ella nos tomó de las manos.

—Este fue un regalo, vayan a ser las personas que realmente son.

—Te amamos. —sonreí levemente.

—Y yo a ustedes.

Nos dimos un abrazo todos juntos, cargado de sentimientos.

—Hijo, arréglate ese cabello, y come más ensalada, estás algo subido de peso.

—Sólo es cuestión de entrenamiento para que recupere su abdomen plano, pero con ese nido de aves no creo que haya solución. —hablé burlona.

—Se hace tarde, vámonos. —irrumpió Rocket.

Asentí, para luego fijarme en que a lo lejos, estaba Loki, observándome con una leve sonrisa, le hice un gesto con la mano, indicándole que me iba, a lo que él me respondió lanzándome un beso, que me hizo sonrojar; luego de eso, giré la cabeza nuevamente hacia Frigga, que se mantenía sonriente, al parecer se había dado cuenta.

—Hasta pronto, mis niños.

—Tres, dos...

—No, ¡espera! —interrumpió el dios, para luego extender la mano.

El animal frunció el ceño, confundido.

—¿Qué? ¿Me espero a qué?

—Ah, es que a veces tarda un segundo.

En ese momento, el mjolnir llegó a las manos de Thor, quien sonrió con emoción.

—¡Todavía soy digno!

—Este bruto... —rodó los ojos.

Nos colocamos nuevamente los trajes para volver a nuestra época.

—Adiós, mamá.

—Adiós, cuídense mucho.

Elígeme [Thor, Loki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora