༺Nieve manchada de sangre ༻

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«Esto es irónico», reflexionó Tsunade en lo profundo de su mente. Ofreció a Jiraiya una de esas miradas de antaño cuando luchaban lado a lado, protegiendo sus vidas y las de sus compañeros. La onna - bugeisha esperaba regresar a Konohagakure del sur sin el más mínimo problema, tal vez algún que otro altercado provocado por bandidos; sin embargo, ni en un millón de vidas presentes por el ciclo de la reencarnación creyó reencontrarse con dos de sus antiguos camaradas.
En esos momentos, no llevaban la bendición de la Todopoderosa Amaterasu Okami y no gozaban de la luz celestial de Tsukuyomi*, siendo esta última cubierta por nubes espesas, anunciantes de una nevada.

Entre los matorrales, a la siniestra figura de la serpiente Orochimaru y de su vasallo, Kabuto, se le sumaba la de diez hombres completamente armados, vestían armaduras samurái, y por lo que pudo deducir Tsunade, los nuevos enemigos que se sumaban a la lucha se trataban de los «diez embaucadores», un grupo de ladrones y asesinos buscados en todo el territorio, el precio de cada una de sus cabezas era alto, las katanas que portaban pertenecían a los samuráis asesinados.

Tsunade miró a los «diez embaucadores», miró a Orochimaru. En el semblante del samurái de las serpientes se formó una temible sonrisa.

—¡Lo ven! —exclamó la serpiente, repleta de jubiló al ver el creciente temor que padecían los hombres que lideraba Tsunade y Jiraiya —. Sabemos cómo terminará esto. Ahora, mi querida Tsunade, ven por las buenas o por las malas.

—Tsunade - Sama —dijo Shizune, acercándose a los dos guerreros, armada con su naginata —. Si es posible evitar este conflicto, tal vez yo podría...

—No, Shizune — le reprochó Tsunade. No permitiría que Orochimaru la capturara ni a ella ni a su aprendiz. Si estaba en sus manos, la protegería.

—Descuida, niña —dijo Jiraiya con voz calmada, como si tratara de apaciguar la incertidumbre de Shizune —. Esto terminará pronto.

Sin girarse a ver a su compañero, la mujer guerrera escuchó el sonido de una katana siendo desenvainada, seguido de un distinguible «clack» que indicaba el retorno de la hoja a la vaina.

❦𝗥𝗲𝗴𝗿𝗲𝘀𝗼 𝗮 𝗰𝗮𝘀𝗮 ➻【Tsunade y Jiraiya】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora