2; Nortluca viva el amor los jotos locales teniendo una cita

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Habían pasado dos meses desde aquél cálido encuentro en la enfermería, y como era de esperarse, el par de jóvenes había estimado que sería bueno ser una pareja, convirtiéndose en novios en el mismo día que sus corazones hablaron con sinceridad, declarándose.

Ahora, iban felices tomados de la mano, con estas entrelazadas, no evitaban llamar la atención, después de todo ambos eran jóvenes destacables, y el que estuvieran tan risueños no los hacia pasar desapercibidos, pero, ¿Cómo podían resistirse? Su cariño y devoción finalmente era mutuo, y aunque llevaban dos meses, seguían siendo igual de apegados que el primer día.

Aún no asimilaban del todo el que finalmente estuvieran juntos, y es por eso que, los amigos de ambos, decidieron prepararles una pequeña salida para demostrarles su apoyo.

Aunque la planeación no parecía ser tan fácil como se lo habían propuesto.

- No, no, ¡Suena fatal!

Podían oírse los gritos de cierto prodigio para el arte, mientras un muchacho, destacado por poseer hermosas pestañas blancas, luchaba contra unas cuerdas, tan desesperado como el primer muchacho.

Por mientras, en la otra esquina del salón, un chico escribía con total calma, acostumbrado a los gritos del otro par, un joven con capucha verde descansaba a su lado, pero no por mucho tiempo, ya que en cierto momento, los gritos le hartaron.

- Bueno, ¡Ya basta! Hemos estado aquí unas dos horas ya, ¿Y seguimos pensando en las serenatas? Por favor.

El joven de cabello rubios se acercó tímido, acercando a aquél muchacho un cuaderno con la sentencia "Se lo prometimos", ante eso, el joven no hizo más que suspirar abatido, ya queriendo marcharse a casa, no sin antes ser detenido por una de las únicas chicas presentes entre ellos, Melly Plinius.

- ¡Ja! ¡Ni lo pienses! Le prometimos a los chicos que les daríamos la mejor de las sorpresas, ¿O ya te rendiste? Si todo sale mal por tu ida, te forzaré a ayudarme con el club de entomología todo el semestre restante.

El muchacho no evitó palidecer (Bueno, quién no en el pequeño salón, la muchacha era de temer), limitándose a volver a echarse de bruces contra una silla, cruzando sus brazos sobre el pecho, resignado a tener que escuchar los nuevos planes para la cita.

- ¿Alguna otra idea..? Por qué al parecer ninguno de nosotros es capaz de tocar bien un instrumento, bueno, Victor puede tocar la harmónica, pero eso no tiene nada de romántico...Y no, Andrew, me niego a pedirle ayuda al maestro Antonio.

El joven que se había parado de forma entusiasta, volvió a tomar asiento abrazando la guitarra que había dejado con anterioridad. La verdad, el tiempo no era eterno y se les acababan las ideas.

La tensión podía sentirse en el ambiente, cada idea era más descabellada que la anterior, se mantuvieron un buen rato así, intercambiando ideas a gritos hasta que de pronto, escucharon a Víctor hablar con un hilo de voz.

Y si Victor se atrevía a hablar, es porque era algo importante.

Inmediatamente, guardaron silencio, respetando al joven de mejillas cálidas, quién les dedicó una sonrisa tan radiante como el sol ante la muestra de respeto, que bonito era, pensaron al unísono.

- Tienen varios gustos en común...Recuerdo que Luca me mencionó algo de unas piedras, ¿Y si los llevamos a algún museo? Podemos prepararles algo especial para la salida.

Quería seguir hablando, pero como no estaba acostumbrado, tuvo que hacer una larga pausa, a la cual esperaron sin rechistar; Cuando finalmente retomó, mencionó que los jóvenes podrían ir al cine a ver esa película de dinosaurios que tanta ilusión le hacía a Luca, se supone que irían a verla él, Andrew y Luca, pero después de todo, ¿Qué era más romántico que estar a solas en una habitación oscura? Ya encontrarían la manera de divertirse sin la compañía de Luca, aquél sería un día solo para la pareja.

❛One-shots de IDV❜Where stories live. Discover now