Perdido En Las Vegas (ClarkKent x LexLuthor)

Enfrentamientos

—Probablemente pueda hacer arreglos para que a Deadshot, ya sabes, ¿lo fusilen?— Lex ofrece, generosamente piensa.

—¡No! No le puedes disparar a nadie. Y Todd también estaba involucrado. Creo que podrían haber pensado que estaban ayudando—

—Bueno, supongo que al menos te divertiste—

—¿Cómo sabes, tampoco recuerdas nada?—

—Oh, te aseguro que si estuvieras conmigo, te divertirías— A Lex le gusta la forma en que Clark se retuerce ante la implicación. 

—Tiene un visitante, señor— Mercy dice, una nota de advertencia en su voz antes de hacerse a un lado.

—¿Connor?—Clark dice, de pie, al mismo tiempo que Lex dice: ¿Kon-el?

Ambos se miraron el uno al otro por un momento antes de devolver su atención combinada al adolescente en la puerta.

—¿Qué estás haciendo aquí?—Kon-el le pregunta a Clark.

—Es un gran malentendido— dice Clark.

—Nos casamos— dice Lex levantándose con una sonrisa, para llevar al chico a la habitación. —Clark lucha con la honestidad, Kon. Te acostumbras o intentaras matarlo, a veces ambos. Pasa, toma asiento, ¿Tienes edad suficiente para tomar una copa?—

—¡Lex!—

—Sus padres se acaban de casar, Clark. Deja que el niño tome un vaso de Belle Epoche—

Kon toma asiento, compartiendo la misma mirada de confusión con Clark.

Lex se permite un pequeño suspiro.

—Champagne...—aclara Lex, profundamente decepcionado. —En realidad, champán decente y a un precio muy razonable de menos de $ 300 la botella. A menos que quieras que te envíe por la botella de $45,000 de Dom Pérignon Rose Gold, estoy seguro de que se guardan en una bodega en caso de que un multimillonario se case al azar—

Clark no está de acuerdo exactamente, pero tampoco discute, así que Lex abre la Belle Epoche en el bar y se sirve tres vasos. Mantenerse lo más borracho posible parece ser la mejor respuesta para no tener uno, sino dos kryptonianos en su suite de hotel.

—No es nuestro hijo— dice Clark. A veces simplemente no tiene idea de lo hiriente que puede ser.

A Lex no le gusta el estremecimiento de tensión en los ojos de Kon cuando Clark lo dice.

—Pues, como si lo fuera—dice Lex, más amablemente.

—¿Casado?—Pregunta Kon-el, mirando de un lado a otro como en un partido de tenis.

—De hecho— dice Lex, entregándole a Kon su copa de vino mientras Clark mira malhumorado. —Soy el padre genial ahora—

—¿Seguro?—Kon dice, de manera poco convincente.

Lex se encoge de hombros, le da a Clark su vaso y regresa a su asiento.
—Entonces, Kon-el, ¿qué te trae a mi guarida del mal?—

—Um. ¿Sabes qué? No importa— Empieza a ponerse de pie y luego se da cuenta de que no puede irse, toma su copa de vino obtenida ilícitamente con él y se deja caer.

Lex lo cuenta como una victoria.

—Connor, puedes decirnos todo lo que necesites—
Clark puede sonar increíblemente razonable cuando quiere.

También es extrañamente doméstico que Lex se encuentre de repente y por primera vez co-criando amistosamente con Clark, quien ahora también es su verdadero cónyuge.