Honey || Drarry

El inicio

Creo que merecen saber cómo fue que estos chicos se enamoraron y se hicieron novios.

(✿)

Antes de entrar a Hogwarts.

Harry iba con James al callejón diagon para comprar un par de tunicas que Lily les había pedido a ambos para una importante cena, según ella les había mencionado.

El niño de 6 años, con su pequeña manita rodeaba uno de los dedos de James, para no perderse y mantenerse siempre a su lado. A pesar de haber ido varias veces al lugar, no podía evitar asombrarse cada que pasaba de nuevo por Ollivander's y preguntar a su padre, que cuando le compraría su nueva varita.

-Falta poco Harry-

Y Harry sonreía complacido. Cuando llegaron a Madam Malkin James soltó a Harry para poder hablar con la mujer que les sonreía.

-No te muevas Harry-

-Si papi- Harry se quedó al lado de su padre en todo momento.

O al menos así fue hasta que a lo lejos, dónde se probaban las tunicas, visualizó una cabellera rubia. Miro a su padre y se fue alejando con sigilo.

Escucho la voz de un niño pequeño, al parecer un niño de su edad.

-¡Pero tía Bella!-

-No Draco, tu madre dijo solo una. Tienes demasiadas ya-

-¡Tía Bella!-

-No me vas a convencer-

-¡Pero tía Bell...!

-Basta, le diré a tu madre que te estás portando igual de malcriado que Lucius- Harry escucho un jadeo, el niño al parecer se sintió ofendido por esa comparación.

Cuando quedó lo suficientemente cerca para poder ver al dueño de aquel irritante berrinche, abrió mucho los ojos.

Era un niño rubio de piel blanca. Vaya, nunca había visto a alguien con esa piel. Parecía de porcelana.

Los dos presentes dejaron de pelear cuando notaron la presencia del moreno.

-Hola pequeño- la pelinegra mayor le estaba dedicando una suave sonrisa.

-¿Que quieres?-

-¡Draco! No seas mal educado- el rubio miro a Harry alzando una ceja, lo estaba analizando y eso al pequeño lo puso muy nervioso. Así que decidió hablar.

-Lo siento...no quise molestar-

-Oh no molestas, ¿te perdiste?- Harry negó rápidamente y señaló afuera -¿Tu mami está allá?-

-Mi papá- Harry corrigió con voz dulce al adulto. Trataba de ignorar la mirada del rubio. Nadie nunca lo había visto así.

Decidió que quería caerle bien al pequeño así que sonrió lo mejor que pudo y miro al rubio -Tu piel es bonita-

Harry se sintió orgulloso cuando las mejillas y orejas del contrario se pusieron rojas.

-Mira Draco, el pequeño cree que eres bonito- la pelinegra río ante la mirada acusatoria de su sobrino -¿Cómo te llamas pequeño?-

-Soy...-

-¡Harry!- James había llegado, poniéndose a su lado -Te dije que no te fueras de mi lado...- Harry vio a su padre que miraba al frente serio.

-Oh, ¿es tu hijo?-

-Bellatrix- Harry se sintió confundido. Al parecer el rubio también, pues tenía una mueca en su rostro -Vamonos Harry-