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- ¡𝗟𝗔𝗬𝗟𝗔 𝗘𝗠𝗜𝗟𝗬 𝗛𝗢𝗦𝗦𝗟𝗘𝗥 𝗧𝗛𝗢𝗠𝗣𝗦𝗢𝗡! -Esa era Winter. Sonaba molesta. Ella grito mi nombre completo y eso significaba que estaba en problemas.
-Joder, ¿ahora que hi...?
No me dejo terminar la frase.
- ¡Hasta que por fin contestas las llamadas! -Ni siquiera la estoy viendo y apuesto 15 dólares a que esta moviendo el pie de arriba a bajo.
Ups. Me pasa por tener el teléfono en silencio y estar haciendo otras... cosas.
-Yo so-
- ¡Nada de excusas ahora Layla! ¡No quiero oírlas! -Winter grito al otro lado de la línea tan fuerte, que di un pequeño brinco, sobresaltándome
-Si, ¡lo sie...!
- ¡Shhh! Llevo llamándote mas de cinco veces, ¡cinco veces! -Me interrumpió, haciéndome callar. Podría jurar que estaba moviendo el pie hacia arriba y abajo con una mano en la cintura. Tuve que aguantarme la risa al imaginármela-. ¡Podría haber estado muriendo, sabes!
-Es que esta-
Ella volvió a gritar haciéndome suspirar.
Una vez leí en internet que cuando la gente se enoja y grita el ano le palpita. Si, así como se escucha. ¡Ja! Me salió un verso sin esfuerzo. Pero volviendo con el tema; Ahora cada que discuto con alguien, no puedo evitar imaginarme eso, aunque trato de mantenerme lo mas seria posible, pero a veces se me escapan un par de risas...
- ¡Te quiero en casa ahora! Ni un minuto mas, ni uno menos. No tardes, tenemos compañía. -Resoplo.
-Vale, lo siento, voy en camino. ¡Yo también te quiero, eh! -Murmure lo ultimo y luego ella colgó.
¿Se me estaba olvidando algo o que?
***
Fue un viaje algo... caótico. Los paparazis me acosaron otra vez. ¡No se como hacen los condenados, pero siempre saben donde estoy! En fin, logre llegar a casa sana y salva, ahora me encuentro yendo a la oficina de Winter. Uhm, en realidad no se si lo aclare, pero ella y yo vivimos juntas. Por distintos motivos... pero el principal es que es mas fácil comunicarnos y acordar reuniones, todo eso.
Apenas abrí la puerta ella me tironeo haciendo que me tambaleara y me sentó en una silla, la mas cercana por lo visto. Había un espejo en frente de mi y miles de cosméticos esparcidos en una mesa improvisada. Estábamos en un rincón.
