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𝗟𝗼 𝗯𝗲𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻 𝗮𝗻𝘀𝗶𝗮𝘀 𝘆 𝗳𝘂𝗿𝗼𝗿, podía sentir el deseo palpitando en sus labios que exploraban los míos sin apuros y con ganas. La atmosfera era distinta, haciéndome sentir cómoda. Sus manos tocaban mi cuerpo como si lo deseara hace tiempo y se estuviera conteniendo. Tomo mi cadera con fuerza y posesión acercándome a él, haciendo que pueda sentir toda su anatomía por completo.
-Eso es lo que me provocas -Murmuro, parando un momento, haciendo que lo mire a los ojos por un segundos. Los suyos que eran café claro ahora estaban oscurecidos casi por completo.
-Solo cállate y bésame -Susurre. Él sonrió en respuesta antes de volver a explorar mi boca con su lengua.
Honestamente no estaba pensando lo que decía. Solo quería sentir y olvidar. Cuando me caliento juro que es como si fuera otra persona. Y enamorada soy peor.
Mis mano estaba enganchada en su cabello y con la otra tiraba del cuello de su camisa para acercarlo aún mas a mí, necesitaba que no hubiera ni un puto espacio entre ambos, y me encantaba saber lo que podía provocar. Él mordió mi labio inferior con fuerza haciendo que suspire, totalmente deleitada.
No puedo explicar lo jodidamente bien que se sentía. Me enojaba y calentaba en partes iguales. Odiaba que me gustaban sus caricias y como su mano se enrollaba en mi cuello haciéndome soltar ruidos. Odiaba que besara tan bien. Odiaba que me gustara tanto sus labios. Lo odiaba, odiaba que me hiciera sentir cualquier mierda por él, así sea solo excitarme.
Pero todo se corto de un momento a otro gracias a unos gritos que provenían de afuera.
- ¡Hola! -Golpearon la puerta, haciendo que yo tiemble-. ¡¿Esta ocupado?! -Se oyó la voz de un anciano y yo me separe de inmediato de Vinnie, empujándolo lejos de mí como si quemara. Él apenas reacciono.
-Mierda... -Murmure, tocándome la frente con la mano sin despegarme de la puerta.
- ¡Abran! ¡Están en mi oficina!
¿A esto le llama oficina? Pero si parece una pocilga de tantas cosas inservibles que hay...
-¡Voy a llamar a los guardias! -Se escuchaba molesto-. ¡Estos jóvenes de hoy día, haciendo puras cochinadas en cualquier parte! -Grito, para luego que no se oyera nada.
Yo estaba sonrojada, en especial por lo último. Escuche la risa de Vinnie y solo pude maldecir en mi mente.
Yo tenía los ojos cerrados, estaba pegada a la puerta y tenía temor de abrirlos y ver las consecuencias de mis estúpidos actos.
