Beggin' | Bajifuyu

𝕾𝖙𝖗𝖆𝖜𝖇𝖊𝖗𝖗𝖞 𝖈𝖍𝖔𝖈𝖔𝖑𝖆𝖙𝖊 𝖑𝖎𝖊𝖘

Chifuyu negó poniéndose de pie temblorosamente, las feromonas de alfa enojado comenzaban a llenar la habitación asustándolo. Quería llorar. El mayor se levanto para salir de la habitación pero el omega lo detuvo aferrándose a su brazo.

—Baji-san te lo puedo explicar.—Su voz salió entrecortada, tenia un nudo en la garganta.—Por favor escúchame.—Suplico.

El alfa se giro, estaba furioso, sin querer empujo al menor causando que tropezara y cayera al suelo.

—¡¿Qué mierda me vas a explicar?!—Sonrió sarcásticamente.—¡¿Acaso no confías en mi?! ¡pudiste decirme que eras omega desde un principio! Ya decía yo que no era normal que apestaras a chocolate con fresas desde que te vi.

Las lagrimas bajaron por sus mejillas, no podía dejar de temblar, las feromonas del alfa eran demasiado para el. 

—¡TU SIEMPRE DESPRECIAS A LOS OMEGAS!—No supo de donde saco la fuerza necesaria para responderle pero lo hizo.—SIEMPRE DICES COSAS DESAGRADABLES SOBRE LOS OMEGAS, NO SOLO TU, ¡TODOS EN LA TOMAN PIENSAN ASI! —Sollozo y limpio torpemente sus lagrimas. — Estaba asustado...

El alfa guardo silencio, pues lo que el menor decía era cierto.

—No tienes ni la menor idea de lo aterrado que estaba.—Hablo más bajo.—Estaba tan asustado de que me sacaran de la ToMan por ser omega, que todos me hicieran menos por ser como soy.—El nudo en su garganta no lo dejaba hablar.—Y-Yo no pedí ser un omega...

Como pudo se puso de pie y se apresuro a salir de la habitación, creía que vomitaría.

Baji de dejo caer sobre la pared, miles de pensamientos lo abrumaban ¿Acaso era su karma por haber menospreciado a los omegas? Todo se había vuelto una mierda, era un completo imbécil y ahora lo estaba pagando con su mejor amigo.

—¡MIERDA!—Gruño y se levanto para salir tras el omega rubio.

Su lobo estaba enojado pero no con el omega, sino en el. No debió gritarle de esa forma, sintió una enorme presión en su pecho cuando recordó esa mirada tan triste y llena de lagrimas que le dio el rubio antes de salir. Se coloco rápidamente el calzado y salió a buscar al menor podía percibir esas dulces feromonas con un toque agrio el cual significaba una cosa, tristeza y miedo. Corrió tan rápido como pudo siguiendo el rastro de Chifuyu, estaba anocheciendo y era peligroso para Matsuno estar en la calle, más en ese barrio. 

[...]

El omega se detuvo, no sabia donde estaba, no lograba reconocer esas calles, limpio sus lagrimas con la manga de su chaqueta y trato de calmarse. Su celular, debía llamar a Keito. Busco su aparato entre su ropa pero no lo encontró, genial, lo había dejado en casa de Baji. 

—Un omega no debería andar por ahí sin un alfa.—Su cuerpo se tenso cuando vio a un par de alfas acercarse a el. 

—Y ustedes imbéciles deberían meterse en sus propios asuntos.—Respondió bruscamente, mierda estaba en problemas.

Metió su mano a su bolsillo y empuño la navaja que cargaba consigo. No estaba de animo para lidiar con esos intentos de alfa probablemente terminaría matando a alguien esa noche.

Ambos chicos se miraron y se rieron como si lo que el menor dijo fuera un chiste. 

—Vendrás con nosotros bonito, te la pasaras bien.—Hablo uno de ellos mientras se acercaba al omega.