“—Como lo notaste, en esta casa tenemos muchos cuadros en las paredes..

—Sí.—respondí algo dudosa.

—Bien, todos tienen un fin. Todos contienen un botón escondido.—explicó.

—¿Qué? ¿Para qué?—contesté con confusión.

—Todo es por seguridad, y como ya haz comenzado con tus entrenamientos es mi deber enseñarte todo para que puedas cuidarte.”

¡LOS CUADROS! ¡Los jodidos cuadros!

Salte de la emoción cuando me di cuenta de aquello y repentinamente me encontraba sacando mi teléfono y llamando a Vinnie para contarle la noticia. Después de algunos segundos, la voz del chico se hizo presente.

—¿Estas bien? ¿Ha pasado algo?—podía notar preocupación en su voz.

Sonreí.

—Si, estoy más que bien Vinnie. Ha pasado algo increíble.

La emoción no cabía en mi cuerpo, sabía que esos cuadros serían de gran ayuda y termina encontrando a mis abuelos.

—¿Entonces?¿que paso?

—Debes venir aquí, por teléfono es muy complicado de explicar. ¿Puedes venir?

—Claro, en un segundo estoy allí.

—Bien, te espero.

Luego de cortar la llamada, lo único que me quedaba era esperar a que Vinnie llegue. Iba a hacer todo esto con él, sabía que él también estaba muy interesado y preocupado por Mark y mi abuela.

Tras pasar algunos minutos, el sonido del timbre interrumpió mis pensamientos. Corrí escaleras abajo llegando rápidamente a la puerta de inicio, cuando abrí la misma un bello rostro preocupado me recibió mientras yo sin más tomaba su brazo y lo empujaba hacia dentro de la casa.

—Encontré algo que puede ayudarnos.—dije con emoción.

Vinnie seguía sin entender, solo se me quedaba viendo sin decir ni una sola palabra.

—Los cuadros de casa Vinnie, los cuadros tienen la respuesta.

—Espera, qué.—exclamó algo confundido.

—Así como lo oyes Vin, los cuadros van a ayudarnos.

—No entiendo, ¿son mágicos o qué?—preguntó mientras yo solo tomaba de su brazo y lo llevaba conmigo hacia la cocina.

—Algo así, el abuelo cuando me solía entrenar dijo que era muy importante que sepa de ellos. Cada cuadro hace algo, Vin.—Expliqué con ansias.

Vinnie frunció su ceño y desvío la mirada hacia los cuadros que se encontraban en la sala. Seguramente ahora estaría contando todos los que había allí como lo había hecho yo la primera vez que el abuelo me contó sobre ellos.

—Hay trece.—respondí.

—Espera, espera, ¿me dices que estos cuadros hacen cosas?—asentí —¿Qué tipo de cosas?.

El Chico De Al Lado                                        [Vinnie Hacker]Where stories live. Discover now