Elogio al infierno de una dama.

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Algunos perros que duermen a la noche deben soñar con huesos y yo recuerdo tus huesos en la carne o mejor en ese vestido blanco como la luna y esos zapatos de taco alto negros y brillantes, siempre peleabas cuando tenías una o dos copas de más, tu pelo se resbalaba de tu oreja querías explotar de lo que te atrapaba:
recuerdos podridos de un pasado podrido, y al final escapaste huyendo, dejándome con el presente podrido.
Hace 5 años que te largaste  y sin embargo te recuerdo mejor que a cualquiera de las otras fuiste la única que comprendió la futilidad del arreglo con la vida.
las demás sólo estaban incómodas con segmentos triviales, criticaban absurdamente lo pequeñito:
Mi querida niña te fuiste en silencio y aún así te sigo escribiendo...
Vaya un trago por tus huesos con los que este viejo perro sueña todavía.

Mil y un noches de desvelóWhere stories live. Discover now