6. Enfrentamiento

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Disfruten el capítulo.

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—Entonces, te confirmaré. No llegues tarde —Paola sonrió antes de levantarse del cómodo sofá. Después de un par de semanas, al fin tenía el gusto de pasar a saludar a Mónica. Que aunque no convivieron tan de cerca en su país natal por haberse mudado antes, la conocía por pláticas o reuniones con su amiga Renata.

Pese a que le hubiera gustado seguir conversando, debía continuar con las diligencias para con sus demás invitados y ya había ocupado gran parte de la hora con ella en su oficina.

—Está bien —la acompañó hasta la recepción. Mientras esperaban el ascensor, Mónica se quedó contemplando la pantalla en el muro pensando algunas cosas referentes sobre la invitación que recibió recientemente. No se sentía con la entera confianza de preguntar, aunque sólo le interesaba conocer la asistencia de una persona en específico—. Uhm… con respecto a tus asistentes.

—Si. ¿Qué sucede?

—Eh, ¿también estará ella? —habló casi en susurro, reprimiendo su sentir a la pregunta.

—¿Quién?

—La familia De Gante —expresó con formalismo, sólo para no verse tan evidente.

—¡Ah! ¿Te refieres a Alondra y su papá? Sí, por supuesto. Mi tío Arturo llegará hasta…

—¡Es tu tío! —se sorprendió—. Eso quiere decir que ¿eres prima de Alondra?

—jajaja. No. Ella y yo nos conocemos desde pequeñas porque nuestros padres son mejores amigos. Siempre lo ví como parte de la familia y cuando comenzó a decirme sobrina, supongo que se me quedó la costumbre de decirle tío.

—Ah, okay.

—Sí y volviendo a tu pregunta. Mi tío, es decir el señor Arturo también vendrá y ni se diga de Alondra, ella está obligada “sí o sí” a asistir.

—Entiendo —el teléfono de Paola sonó en un aviso para que se apresurara.

—Te importa si lo dejamos para después. Aún tengo que ir a otros lugares y concluir mi recorrido antes de la noche.

—Por supuesto. Ten un buen día.

Paola abandonó las instalaciones de Industrias Kofmant tan pronto llegó el auto por ella. Mónica volvió a la oficina pese a los pocos deseos de seguir ahí. Pero ya había faltado el día anterior y un día más no podía ser posible.

Al final de la jornada, salió del edificio y como cada noche desde que llego, se dirigió al auto que esperaba por ella para devolverla a su departamento.

—Buenas noches, señorita Kofmant.

—Hola, Saúl —habló al subir al auto. Sintió vibrar su celular sacándolo de inmediato para responder. Al notar que se trató de un mensaje pensó dejarlo pasar y más cuando notó quien lo enviaba.

Alondra: Oye ¿Estás en tu departamento?

Su pregunta fue suficiente para ponerla en alerta, no sabía cuál era el motivo al querer saber su ubicación y prefería no saberlo. Se inventó lo primero que le vino a la mente.

Mónica: No. Sigo en el trabajo. Regresaré tarde.

Volvió a responder un segundo mensaje deseándole buena noche. No tenía intención de alargar la conversación y aunque muy en el fondo se reprochó por hacerlo, sabía que era lo correcto para tratar de olvidar sus sentimientos por ella.

—Saúl, hoy cambiaremos de ruta —después de todo, no puedo volver ahora a casa. Pensó.

—Lo que ordene.

Sonrisas y Sabor (Chicaxchica)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin