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Capítulo 11. [El Primer Beso]

-¿Están juntos?-le preguntó rápidamente y Elisabeth mordió su labio inferior.

-¡Sí!-contestó haciendo que Bárbara cerrara sus ojos con fuerza empezando a sentir molestia. Bárbara maldijo una y otra vez preguntándose qué hacía Macarena con el estúpido e insignificante Ariel de Las Casas. ¿Qué ella no le era suficiente? ¿O pretendía jugar a la niña buena mientras acepta salidas ocasionales de dos personas a la vez?-. Te llamé porque creí que te interesaría saber que tu conquista está con el guapo de Ariel.

-¡Claro que me interesa!-prácticamente gritó tomando las llaves de su auto deportivo y saliendo de la habitación azotando la puerta. Cosa que Elisabeth pudo escuchar desde el otro lado-. ¿Sabe que la has visto?-le preguntó bajando las escaleras apresurada-. ¿En cuál centro comercial estás?

-En el Time Warner Center-dijo Elisabeth saliendo del baño desde donde había llamado a Bárbara para avisarle mientras Helena esperaba por ella con unas trufas de chocolates y dos sodas de lata-. Tengo que irme, Helena me está esperando.

-No te alejes mucho de ella-se refirió a Macarena-. Llegaré por "casualidad" y la voy a confrontar. No me notificó que saldría al cine y menos con ese imbécil.

-No están en el cine, solo están hablando-dijo Elisabeth.

-¡Cómo sea!-Bárbara se subió al auto-. ¿En qué parte están? Necesito comprar algo antes de verla para tener una excusa y que no piense que la estoy siguiendo y mucho menos acosando-dijo empezando a conducir-. Ese imbécil de Ariel está detrás de ella desde que la vio. Pero ella es una mentirosa de mierda porque me dijo que no aceptaría sus invitaciones y ¡mírala!-gruñó en exasperación y Elisabeth tuvo que apartar el teléfono de su oído.

-Si no te conociera diría que estás celosa-Elisabeth escuchó la risa de Bárbara desde la línea y suspiró.

-¿Celosa? ¿De él?-preguntó con ironía-. Querida, nadie es lo suficientemente importante como para ponerme celosa y mucho menos de un insignificante como Ariel de Las Casas.

-Ni tan insignificante es si Macarena aceptó su invitación-dijo Elisabeth en una risita y al sentir el silencio de Bárbara lo supo y prosiguió-. Si tanto te molesta ven pronto. Ariel está haciendo muchos méritos para robarle sonrisas a Macarena y ella se ve feliz con eso-Bárbara apretó sus puños contra el volante-. Hablamos luego, Bárbara.

Sin más cortó la llamada y Bárbara aumentó la velocidad maldiciendo muchas veces. La pregunta de qué hacía Macarena con Ariel no salía de su cabeza. Ella no le había dicho nada. Ni siquiera había tenido la voluntad de comentarle que haría algo y así poder anteponerse en sus planes y sorprenderla como siempre lo hacía. Lo que si era cierto es que Macarena le había mentido y eso no era bueno. Nada bueno.

-¡Maldita sea!-dijo gruñendo y frenándose frente a un semáforo-. Odio que las cosas se salgan de mi control, pero si crees que tienes alguna oportunidad contra mi estás muy equivocado. A mi nadie me gana-dijo con determinación-. Ni siquiera por conseguir la atención de una mujer.

El semáforo volvió al verde y Bárbara condujo a toda velocidad por las calles de Manhattan.

CENTRO COMERCIAL Time Warner Center:

-¿Cómo es que no has estudiado arte en una escuela y solo lo tienes por Hobbie?-le preguntó un Ariel sumamente interesado al ver el arte que Macarena hacía a través de su teléfono. Macarena se encogió de hombros-. Tienes mucho talento.

-Me gusta que sea parte de mi día a día por decisión y no por obligación-contestó con simplicidad-. Y estoy conforme con ello. Así puedo dedicarme a las dos cosas y no tener problema alguno con nada. Además que el arte prefiero hacerlo en mi intimidad. Es algo muy mío y muy pocos logran entenderlo.