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12:51 de The Strokes salía fuertemente de sus audífonos, después de las tres cuadras más largas de su vida llegó al taller, se sacó los audífonos y abrió la puerta haciendo sonar una campanita mientras entraba a duras penas con la moto

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12:51 de The Strokes salía fuertemente de sus audífonos, después de las tres cuadras más largas de su vida llegó al taller, se sacó los audífonos y abrió la puerta haciendo sonar una campanita mientras entraba a duras penas con la moto.

—¡Bienvenido! ¿En qué le puedo ayudar?—Se escuchó en algún lugar del taller.

— Buenas tardes.—Buscó la voz con la mirada.

Alguien tocó su hombro repentinamente, saltó debido al ligero susto que se llevó ¿Cómo había llegado ahí?

Abrió la boca dispuesta de insultar a toda su ascendencia por el susto cuando se giró, un chico alto y rubio, de profundos y brillantes ojos celestes la miraba esperando a que dijera algo.

—Mi moto no funciona.—¿Qué? se abofeteó mentalmente por tal respuesta.—Digo, sí, eso, la traje a revisión hace como un mes y ahora no funciona.—Explicó cansada.

—Oh, ¿Quieres un vaso de agua? luces exhausta.—Ofreció amablemente el rubio mientras se dirigía a un dispensador de agua que había detrás del mostrador. 

—Si no es molestia.—Recibió y tomó de un sorbo todo el contenido del vasito de plástico.

—¡Genial! Una Kawazaki Zephyr.—Se acercó a la moto y la examinó por encima.—Ya me acuerdo de ti, Draken estaba muy emocionado por revisar tu motocicleta.

—¿Draken?—Intentó recordarlo pero no se había tomado el tiempo de leer el nombre que estaba bordado en el overol de quien la había atendido.

—El chico que te atendió la otra vez.—Nana dirigió su mirada al overol de él para leer su nombre y el chico se percató de su acción.—Soy Seishu Inui, un placer conocerte.

Y lo recordó, era el chico que había llamado su atención con sus oceánicos ojos aunque esa vez no hablaron ni nada, ya que él estaba arreglando una motocicleta, rio nasalmente al recordar su cara llena de grasa y aceite de motor, aunque ahora solo estaba ligeramente sudada, por otra parte Inui sin entender el motivo de su risa solo pudo hacer una mueca de confusión, "¿Se está riendo de mi cicatriz?" una pequeña inseguridad rondó fugaz por su mente.

Cuando la fémina salió de sus pensamientos y reaccionó, se abofeteó mentalmente otras mil veces, completamente avergonzada intentó presentarse.

—Oh, disculpa mi falta de modales.— Hizo una reverencia, cosa que no acostumbraba hacer pese a vivir en Japón.—Matsuno Nana, el placer es mío.—Verdaderamente se desconoció.

—Descuida.—Sonrió levemente.—Entonces veamos... Quizás tome algo de tiempo revisarla, ¿Quieres esperar aquí o tienes que hacer algo de momento?

—Vivo cerca, pero me cansa existir así que si no es molestia preferiría esperar aquí.

—Seguro, puedes sentarte por ahí.—Señaló una silla.

𝘈𝘯𝘨𝘦𝘭 𝘌𝘺𝘦𝘴 - 𝘚𝘦𝘪𝘴𝘩𝘶 𝘐𝘯𝘶𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora