CAPITULO 1

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15 de septiembre

No había podido dormir en toda la noche, de lo nerviosa que me encontraba, nuevo país, nueva vida... si, eso es lo que necesitaba.

Miré hacia el despertador que tenía en mi mesita de noche, quedaba media hora para que sonara, me levanté y lo quité, me miré en el espejo y empecé a peinarme mi pelo castaño. Guardé las últimas cosas que me quedaban por meter en mi maleta...

- ¿Nerviosa?

Me giré al escuchar la voz de mi hermano Logan, él era todo lo contrario a mí, era alto, moreno, y ya iba teniendo músculo y eso que era 2 años más pequeño que yo.

Estaba apoyado sobre el cerco de mi puerta con los brazos cruzados, llevaba puesto unos pantalones de chándal grises e iba sin camiseta.

-Sí, un poco, pero sé que esto es lo que debo hacer, no puedo quedarme aquí...

-Escucha Rech, sé que lo superarás y además conseguirás ser la mejor abogada que habrá en la familia, mejor que papa incluso -me dijo mi hermano mientras se acercaba a mí y me abrazaba.

-gracias Logan, si no fuera por ti, no sé cómo hubiera acabado- le dije limpiándome las lágrimas que me habían empapado la cara.

-Venga que vas a llegar tarde al aeropuerto, y mama te está esperando abajo- dijo mientras cogía mis maletas y salía por la puerta.

Me miré una vez más en el espejo y sonreí, Logan tenía razón, tenía que ser una buena abogada, mejor que mi padre, mejor que cualquiera, no dejaría que volviera a pasar nada parecido y así se hiciera justicia.

Bajé los escalones hasta la planta inferior y me dirigí a la cocina, allí me encontré con mi madre que estaba preparando el desayuno, mi padre se encontraba en la mesa leyendo el periódico y tomándose un café como todos los días, iba trajeado, como un pincel como siempre.

-Buenos días- dije sentándome enfrente de mi padre, él ni me miró, siguió leyendo el periódico y dando un sorbo a su café.

 Mi madre me tendió un plato con dos rebanadas de pan con aguacate, odiaba la dieta que me hacía tener, decía que tenía que ser delgada para que se fijaran en mí, pero lo suyo ya era pasarse, siempre me hacía comer sano, nunca me dejaba comer apenas carne, y ya ni hablemos de hamburguesas o chucherías, para ella eso era veneno y mi cuerpo nunca recibiría algo así. Pero seamos sinceros, cuando estaba con mis amigos, aprovechaba al máximo y me artaba a comer.

Empecé a comer las tostadas, cuando mi hermano hizo su acto de presencia, cogió un plátano y se sentó a mi lado.

-¿No tienes que ir a clases Logan? - pregunto mi padre por primera vez en toda la mañana.

-sí, pero tengo aun tiempo- le respondió mi hermano con la boca llena, mi padre le miro con el ceño fruncido y produjo un gruñido de desaprobación.

Me termine el desayuno y llevé el plato al fregadero, pero cuando estaba a punto de salir de la cocina mi padre me detuvo con su voz.

-Rachel espero que aproveches esta oportunidad que te estamos dando.

-es lo mejor que puedo hacer- dije sin mucho entusiasmo, sí que tenía ganas de irme a Londres a la universidad, pero no quería que mi padre me pagara nada, no después de todo lo que hizo...

Unos pitidos de un coche nos llamaron la atención, me asomé a la ventana del salón y vi que era un taxi, perfecto iba a ir sola al aeropuerto, en fin, ya estaba acostumbrada a todo esto...

Cogí mis cosas y me dirigí al taxi, mi hermano me ayudo y se despidió de mi con un fuerte abrazo, me metí en el interior del vehículo y me despedí de mi hermano por última vez con la mano, sé que será duro empezar de cero, pero sé que es lo mejor que puedo hacer y sé que no pararé hasta acabar lo que voy a empezar... 

FEEL MEWhere stories live. Discover now