Resiliencia.

4.2K 472 163
                                    

Satoru recorrió el panorama con calma

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Satoru recorrió el panorama con calma.

Desde las viviendas que estaban siendo reconstruidas hasta las personas que pasaban frente a él con partes de su cuerpo vendadas. Por supuesto, no había pasado por alto las salpicaduras con sangre que tenían las banderas fluorescentes de las tiendas.

Aun cuando Nanami, Maki, Nobara y Shoko defendieron con todas sus fuerzas el pueblo no se pudieron evitar bajas.

Su cuerpo poniéndose tenso al ver que el número de lápidas había aumentado de forma significativa en el cementerio, así como los llantos de familiares que aun no podían procesar el hecho de haber perdido un esposo/a, hermano/a o hijo/a.

Tanto él como su alfa sintiéndose un fracasado al fallar en proteger a su aldea.

A su gente.

>> Seguir pensando en ello no ayudará.

Lo tenía claro, pero era inevitable, doloroso.

>> ¿Así se habrá sentido el clan de los tigres?

 Satoru.

El nombrado se volteó hacia quien lo llamaba, encontrándose con Nanami viéndolo seriamente.

 ¿Sucede algo?

 He recibido informes de nuestros vigilantes. – El rubio se acercó a él, disminuyendo el tono de su voz. – Ha atacado dos aldeas esta mañana, los alfas líderes fueron asesinados y la gente que se negó unirse a sus bandos también, además...

 ¿Además?

 También vieron a Yuuji en sus filas...

Guardo silencio.

No sabiendo si quería saber o no lo siguiente, pese a que ya se podía dar una idea de lo que ha sucedido. El enojo extendiéndose por su ser, al punto de soltar un involuntario gruñido.

 Sólo dime, ¿Cómo se veía después de ello? – Logró captar la vacilación en Kento, el cual aclaró su garganta y desvió su mirada. – Por favor, dime.

 Traumatizado. – Soltó sin más, la frustración palpándose en cada palabra que soltaba. – Lloraba mientras cumplía las órdenes, incluso trato de lastimarse.

Respiró hondo, empezando a caminar hacia el bosque ante la confundida mirada de su amigo, los pasos apresurados en la nieve delatando que este lo estaba siguiendo: probablemente ante el temor de que cometiera alguna locura.

No iba a negarlo.

Las ganas de ir directamente donde se encontraba Itadori y el infeliz de Ryōmen eran inmensas.

Quería destrozarlo, descuartizarlo miembro por miembro hasta que quedará mudo por los vehementes gritos que lo haría soltar.

Anhelaba divertirse torturándolo, haciéndole pagar por cada vida que tomo de su pueblo;

Last Piece ▪︎ GoYuuWhere stories live. Discover now