12 |El otro lado de la moneda|

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—Te ves hermosa—Asegura mientras me sostiene de la cintura con firmeza—Solo que...

—Lo sé, la maldita marca de nacimiento de licántropo, cúbrela—Ordeno, ya que según Eve es muy peligroso y nos cazan por el simple hecho de tenerla

—No creo que ninguno de esta chusma se atreva a ponerte un dedo encima sabiendo que estas bajo la protección de mi familia—Dice obvio—Aún así, no deberíamos arriesgarnos

—Estoy muy embarazada y sin un lugar a donde ir—Me quejo observándome en el espejo, el vestido es hermoso, pero resalta un poco mi hinchado vientre—Aunque estoy segura de que la vieja casa de mi papá está por algún lugar de la ciudad

—¿No te gusta esta casa?—Pregunta confundido—Te gustaba hace 100 años

—No es eso, me gusta la casa, pero estas paredes son lo único que veo y quisiera salir de vez en cuando—Me voltea para que lo vea a los ojos, su mirada profunda parece atravesar mi alma, hace tiempo me habría asustado que supiera mis secretos, pero ahora me alegra tener a alguien con quien compartir eso—Sé que es por mi protección, pero es agotador

—Si quieres ir a la festividad de esta noche yo podría llevarte—Sugiere, sorprendiéndome

—¿En serio?—Pregunto entusiasmada y él asiente—Gracias

—¿Te he dicho que te ves hermosa?—Susurra contra mis labios—Ese vestido te queda excelente

—¿Si?—La distancia que nos separa es prácticamente nula, un mínimo movimiento podría hacer que nuestros labios se junten y no me quejaría si eso pasara

—Estoy seguro de que eres la chica del ataúd más hermosa que ha existido y que existirá—Dice convencido, haciéndome sonreír

—¿Vas a besarme o te vas a quedar mirándome cómo un tonto?—Suelta una risita antes de unir nuestros labios en un beso, es un beso lento, suave, se toma el tiempo necesario para probar mis labios antes de introducir su lengua en mi boca, haciéndome soltar un jadeo por la sensación que me recorre el cuerpo

Chupa y jala mi labio inferior mientras sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo, desde mis hombros hasta mi trasero, dónde se posan por algunos segundos, mis manos tampoco se quedan quietas, acarician su fornido pecho, sus brazos y finalmente van hacia su pelo, él cuál jalo, cosa que le gusta, ya que intensifica el beso. Sus manos se dirigen hacia la cremallera y comienza a bajarla nuevamente con lentitud, vuelve a subir acariciando con suavidad mi piel desnuda

Alguien toca la puerta y él gruñe en mi boca molesto antes de alejarse de mi, me coloco el jean negro, la blusa gris oscuro y mis botas negras nuevamente con mi gran velocidad y él abre la puerta con claro descontento, dejándo ver a un incómodo Elijah tras esta. Solo en ese momento recuerdo que hay vampiros constantemente en la casa y que deben haber estado escuchando todo, aparto la mirada del serio Original avergonzada de lo que estuvo a punto de pasar

—¿Qué quieres Elijah? Estoy ocupado—Suelta seco, ellos dos casi no se han dirigido la palabra desde que él y Rebekah se mudaron a la casa con nosotros y cuándo lo hacen, eso termina en problemas

—Davina se fué—Se apresura a decir—Creí que querrías saberlo

—¿Cómo que se fué?—Pregunta confundido

—Llamé a Marcel, pensé que él sabría algo, pero aparentemente no sabe nada, está aquí y quiere hablar contigo—Los tres salimos de la habitación hasta llegar a la habitación que se suponía que sería de la bruja, la cama está perfectamente tendida y sus pertenencias siguen en cajas, lo que significa que debe haberse ido en la noche

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Where stories live. Discover now