12 |El otro lado de la moneda|

Magsimula sa umpisa
                                    

—Cuida tu tono, niña, no quieres verme enojada—Dice seria mientras que yo me llevo la mano a la zona que tanto me arde—Y haz algo con esos ojitos, no me gusta ese color, el azul ese te hace ver fea

—Al igual que a ti esa blusa—Me atrevo a decir, ya no me importa, hoy es el día en el que todo se acaba, estoy segura de que Caroline me va a ayudar a escapar de aquí

—Te lo advertí—Toma un caño a una gran velocidad y luego me golpea con este, grito de dolor cuándo el duro metal impacta contra mi piel, escucho un ruido y al observar veo algo sobresalir de mi pierna... ¿Es un hueso?—Escúchame bien, han pasado 5 años desde que tuve que encargarme de ti, ¿En serio crees que no sé que le dijiste a esa mocosa rubia? Yo lo sé todo, y te aseguro que nada de lo que dijo es cierto, nadie va a salvarte

—Algún dia voy a crecer y tu vas a ser quien me tenga miedo—Murmuro observando mis heridas sanar, no tengo idea de por que me sucede eso a mi y al resto no, pero es una habilidad muy útil cuándo Elise se enoja conmigo y me golpea

—¿Ah si?—Suelta gran carcajada y yo aprieto mis puños con ira—Me divierte tu valentía, piensas que puedes conmigo, pero lo cierto es que no, ni tu ni tu amiguita pueden conmigo

—Nosotras no, pero Liz si—Su sonrisa se borra y por unos segundos puedo ver un atisbo de miedo en sus ojos, ella le tiene miedo a la mamá de Caroline y a los amigos de ella, la escuché hablar por teléfono con alguien acerca de un consejo de algo y que no podía dejar que la descubrieran

—Te mostraré cómo eso no es cierto—Me toma de un brazo y me arrastra hacia esa puerta, esa maldita puerta negra dónde está mi mayor temor—Espero que en la mañana hayas aprendido cómo comportarte

—¡No!—Chillo intentando escapar, pero ella es más fuerte y logra meterme en el pequeño refrigerador—No... puedo... respirar—Siento un nudo en mi garganta, que, junto con la opresión en el pecho impiden por completo el paso del aire hacia mis pulmones—Por favor

—Nadie puede salvarte, niña—Sonríe maliciosa antes de cerrar la Puerta del refrigerador, dejándome encerrada en este pequeño y oscuro lugar

—¿Skylar? ¡Skylar!—La voz de la doppelganger me trae de vuelta a la realidad, hablo sobre superar traumas, pero en el momento en que los recuerdo me siento mal otra vez

—Lo siento, ¿Qué decias?—Me muerdo el labio con nerviosismo mientras intento evitar pensar en mi terrible infancia

—Decíamos que lamentamos muchísimo que hayas tenido que pasar por todo eso siendo tan pequeña—Dice triste el castaño—Debió ser horrible, ¿Cómo lo superaste?—Escucho el timbre de la mansión Salvatore sonar y sonrío porque creo que eso significa que la ayuda llegó—¿Invitaste a alguien?

—No, ¿Y tú?—Le pregunta la morena, recibiendo un "No" por respuesta

—De hecho, yo fuí la que invitó a alguien—Escucho varios ruidos y luego cómo alguien abre una puerta—¿Es mi visita? Conseguí a una experta para que los ayude

—No se si soy experta, pero voy a ayudarlos—Asegura Caroline—Hola, Sky

—Hola, Care, cuídalos por mi.

—Lo haré—Asegura antes de que la llamada se termine, aprovecho eso para tomar el vestido blanco que Rebekah me regaló por el festival de las chicas del ataúd y me lo coloco, él gran problema es que mi vientre ha crecido un poco y eso significa que no puedo cerrar por completo la cremallera

—¿Te ayudo?—Escucho la voz de Klaus tras de mi y asiento

—Vas a necesitar toda tu fuerza híbrida—Bromeo con una sonrisa mientras lo veo a través del espejo, en tan solo unos segundos sube la cremallera—Gracias, creo que no hay muchas chicas del ataúd embarazadas, tal vez sea porque no cabemos en los vestidos o porque nos vemos terribles con esto

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon