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Estaba en el asiento de el copiloto una vez más. Ella había estado sentada en ese lugar muchas veces pero nuca había estado tan nerviosa ni tan mojada como en ese momento. Siendo elizabeth era fácil ser solo su amiga, la miraba muchas veces pero a la vez notaba como si timidez llegaba a ponerlo ansioso y no le gustaba eso. Quizá se desesperaba de ella, quizá no le tenía confianza o quizá sólo era su amigo por obligación.

—¿Nerviosa Beth? —soltó un brinco cuando su fría mano tocó su pierna suavemente sacándola de sus pensamientos y mordió su labio. Maldita sea, los movimientos circulares que daba sobre su muslo la estaban haciendo jadear en voz baja pero era tan sofocante el silencio que el blondo lo escucho gozoso—Veo que si—

—No me malinterprete—suspiro la dama cerrando sus ojos—Nunca he tenido sexo oral—admitirlo mientras sentía como la mano seguía entretenida en su pierna y muslo sin excederse. Le estaba dando su espacio al menos y no había atacado sus partes más sensibles...aun

—Puedo prometerle...—murmuro—Que una vez la haga llegar, amará el sexo oral—sonrió, ese rubio estaba encantando cada vez más y con esas inclinaciones lujuriosas solo hacían que el inminente final para ese juego se viera más y más claro al paso de los minutos

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