Maid

Epílogo

Un mes y medio había sucedido desde aquella noche, durante un mes y medio las hermanas Cabello habían estado viviendo bajo el techo de Lauren Jauregui, para las tres había sido uno de los mejores momentos, aunque dos de ellas no lo quisieran admitir.

La segunda semana en la que las hermanas Cabello hospedaron en la casa de la jefa de Camila, sucedieron varias cosas. A Camila únicamente le quedaba una semana de trabajo antes de que se cumpliera el contrato, infortunadamente, para esa fecha aún no había conseguido un buen apartamento en zona segura y a un perfecto precio, pero Lauren la había tranquilizado diciéndole que podrían quedarse el tiempo suficiente hasta que encontraran un apartamento, Camila no podía agradecerle lo suficiente, pero la sorprendió con algo.

—¡Camila, ven a mi oficina!—Gritó en la puerta de la oficina sin saber la ubicación de la castaña.

Volvió a su silla en su oficina, dejando la puerta abierta, y se sentó ojeando las hojas del portafolio que yacía en su escritorio. En segundos, una morena jadeante se presentó en la puerta de su oficina.

—¿Me buscaba, señora Lauren?—La ojiverde no pudo evitar sonreír mientras levantaba la vista.

—Sí, entra, cierra la puerta y siéntate frente a mi—A pesar de que lo ordenó, su voz salió más en forma de pedido que en órden.

La castaña asintió extrañada e hizo todo lo pedido, para al final sentarse frente al escritorio de la ojiverde, en la silla que extrañamente siempre tenía.

—Sin rodeos, Camila, como ambas perfectamente sabemos, nuestro contrato acaba en una semana—Entrelazó sus dedos frente a ella sobre el escritorio.

—Sí—Murmuró empezando a sentirse terriblemente nerviosa.

—¿Qué tienes pensado hacer?—Preguntó mirándola fijamente y con atención.

—Con el dinero que tengo ahorrado y el de la paga, buscaré un departamento
—Se removió ligeramente sobre su asiento—Y empezaré a buscar un trabajo para poder sustentar nuestras necesidades, buscaré un instituto para Sofía, y si es posible, terminaré mis estudios—Terminó de hablar recargandose sobre el respaldo de la silla viendo a la mujer frente ella asentir mientras tomaba una pluma.

—¿Qué sabes hacer?—Se llevó el extremo contrario de la punta a los labios golpeandolos suavemente.

Camila tragó saliva nerviosa, miró sus labios de reojo antes de aclarar su garganta y subir su mirada a los ojos sorprendentes de la mayor, quien la vio burlona y con ambas cejas levantadas.

—Eh, se manejar cuentas, números y papeles, hice un curso online en contaduría y administración de empresas—Respondió con la voz ligeramente temblorosa.

—¿Qué carrera, hipotéticamente hablando, elegirías si iniciarás tus estudios?—Entre cerró los ojos mirándola atenta.

—Tecnología de la información y de la comunicación—Su respuesta fue inmediata.

Lauren sonrió llevándose la pluma entre sus labios mordiendolo suavemente.

—Te quiero el lunes de la otra semana despierta a las seis de la mañana—Miro disimuladamente el reloj antes de voltear a de nuevo hacia una castaña sorprendida—Serás mi asistente personal tanto aquí como en la empresa—Declaró extendiendole los papeles que tenía en el portafolio.

—¡Dios!—Exclamó en voz baja mirando los papeles—Señora Lauren, yo no puedo...

—Hace unas semanas te pedí amablemente que me acompañara a mi oficina—Sonrió levemente—Y te vi ayudándole a mi secretario, algo que se supone que el estuvo preparándose meses, y tú, cariño, lo resolviste en pocos minutos—Vio el rostro de la castaña enrojecer.