Sintió sus ojos llenarse de lágrimas, y cuando quiso voltear ligeramente la cabeza para verlo, sintió su asquerosa mano tomar su muslo fuertemente mientras volvía a enterrar un poco más el arma.

—Po-por favor, no tengo nada—Susurró con desesperación sintiendo su cuerpo temblar del terror mientras la mano del hombre recorría su muslo.

—¿Ah no?, oh pequeña Mila—Tono ronco eso voz la hizo temblar.

Pequeña Mila...

Pequeña Mila...

¿Conocía a ese hombre?

—Por-por favor...—Sentía su cuerpo temblar del temor, su corazón latía terriblemente de una manera tan dolorosa que si cerraba los ojos, lo sentirías salirse.

—Ah no, no, no, no, Camilita, guarda esas palabras—Soltó una baja risa que provocó náuseas del miedo—Bajate en la siguiente estación—Ordenó subiendo su palma hasta la cadera y volviendo a bajar asquerosamente.

Lastimosamente el camión estaba lleno, el sonido de las pláticas de los demás ahogaba su llanto bajo, todos están centrados en sus cosas y nadie parecía darse cuenta una chica estaba siendo acosada.

—No-no.

Camila negó firmemente con la cabeza.

—Dije que te bajarás en la siguiente estación—Sintió el cuchillo encajar en su piel causándole un pequeño chillido de dolor, sus ojos se nublaron de lágrimas y más cuando la mano del hombre de detuvo en el interior de su muslo apretando su piel—Llegamos, voy a levantarme y te vas a poner enfrente de mí, si llegas hacer algo para evidenciarme, será peor para ti y tu hermana—Había amenazado acercándose a su oído sin importarle qué lágrimas cayeran por sus ojos—Y limpiate esas lágrimas de cocodrilo, qué bien que lo disfrutaste con tu jefa.

Austin Mahome.

En la cabeza de la morena hizo click, la voz, el apodo, sus manos, era él.

Y ahora le estaba amenazando a ella juntos su hermana, no le queda más de otra que asentir temblorosamente, ya no podía hacer nada prefería mil veces que ese hombre le hiciera algo a ella, que tocará siquiera un pelo de su hermana.

Con las manos temblando de terror se llevó limpió las lágrimas que salían y respiró varias veces tratando de tranquilizarse, pero era imposible, ¡¿Cómo se podría tranquilizar siendo toqueteada, amenazada y apunto de probablemente ser violada?!

Un nudo más grande que antes se instaló en su garganta, y más cuando vio al hombre levantarse esperando a que ella se pusiera frente a él, ella con falsa calma para los demás, se levantó con las rodillas temblando por no poder sujetarse, y eso no era únicamente por el terror. Se puso frente a él y volvió a sentir el arma punzante en su espalda y el cuerpo del hombre más pegado a ella obligó a su cuerpo avanzar sintiendo cada vez unas enormes ganas de morirse, estaban en la camioneta para salir pero la voz del conductor los detuvo.

—¿Esta bien, señorita?—Preguntó viendo los dos muchachos, la muchacha apenas podía sostenerse y el muchacho de atrás parecía demasiado pegada a ella.

Lo más extraño es que él detrás del muchacho, había tres hombres más.

—Miente—Masculló el hombre detrás de ella inclinando la cabeza hacia el lado contrario del hombre—Ella está...

—¡Hey!, le estoy hablando con ella—Interrumpió sintiendo su cuerpo llenarse de adrenalina.

Su grito llamó la atención de la mayoría de los pasajeros, ellos podrían ayudarla.

MaidWhere stories live. Discover now