Capítulo 10

5 1 0
                                    


El día después de la desaparición llegó. Como prometieron, Carlos y Melissa se despertaron temprano y tomaron el tren hacia la estación de policía.

Cuando llegaron, pidieron información sobre lo sucedido el día anterior al policía de la recepción.
El policía asintió y revisó algunos archivos y luego buscó en la computadora.

La única información que habían encontrado era que Itzmin desapareció entre las 13:45 y las 14:00 horas. Según las cámaras hubo una brecha de 15 minutos donde Itzmin, Mariana, Samuel y Felipe no fueron captados por ninguna de las cámaras, el punto ciego. A pesar de que era poco, los cuatro habían logrado permanecer allí durante 15 minutos. ¿Cómo? Ese era el misterio.

La policía no creía que se hubieran llevado a Itzmin ya que las cámaras no mostraron a nadie saliendo con ella ni a nadie sospechoso. Todavía estaba en el museo, pero no sabían dónde.

Podrían buscar en las ruinas pero necesitarían un permiso especial ya que son muy frágiles. En el momento en que llegaron los padres de Itzmin estaban esperando el permiso del juez.

Carlos estaba frustrado pero sabía que los policías, en este caso, estaban haciendo lo que podían. Era ilegal entrar en las ruinas así sin más, incluso si faltaba una niña y toda la evidencia indicaba que tenía que estar allí, tenían que seguir las reglas y esperar.

Melissa rezó para que si Itzmin estuviera atrapada en algún lugar de las ruinas, pudiera estar a salvo y no morirse de hambre.

Para su sorpresa, al salir de la estación recibieron una llamada.
Carlos comprobó quién era el que llamaba y ambos se sorprendieron. Puso el teléfono en altavoz y contestó.
-"¿Hola?" Se oyó una suave voz femenina.

"¿Sí Victoria?"

"Hola Carlos. Acabamos de recibir las noticias sobre Itzmin y nos preguntábamos si necesitaban ayuda en la búsqueda, mi esposo y yo estamos muy preocupados y nos gustaría ayudar de alguna manera"

Melissa miró a Carlos, sus ojos brillaban de emoción. "Nos encantaría, Victoria"
Carlos la abrazó fuerte y contestó en voz baja "ya archivamos una ficha de persona desaparecida pero estamos por volver al museo y preguntar si alguien vio algo sospechoso"

"Eso suena como una buena idea, llegaremos pronto para ayudar"

"Gracias Victoria, realmente lo apreciamos"

Luego de eso Carlos colgó y limpió con su pulgar las lágrimas de su esposa, le dolía verla así. A el también le dolía, que su hija desapareciera en su propio trabajo. Que este dolor lo torture y peor, que no tenga manera de cómo solucionarlo.

"Vamos Carlos, si queremos llegar al mediodía tenemos que irnos ahora"

***

"Me alegro de verte de nuevo, Mariana", dijo Melissa mientras le sonreía a la niña. La chica le devolvió la sonrisa pero apretó los dientes con ira.

"Lo siento, no pudimos encontrar a alguien que la cuidara, así que la trajimos con nosotros"

Carlos la mira con desconfianza. No confiaba en ella, fue una de las últimas personas en ver a su hija. No podía evitar la sensación de que de alguna manera ella sabía lo que pasó pero no quería decirlo.
Sin dejar de mirar a Mariana Carlos dijo "no te preocupes por eso Victoria, estamos felices de que estés aquí para ayudar"

Dicho esto, Melissa les dijo que irían a preguntar a los comerciantes afuera del museo, los padres de Mariana dijeron que irían a preguntar a las personas que pasaban.

Mariana se quedó en las escaleras frente al museo, los comerciantes la rodeaban pero aun así no le importó. Su furia ardiente de tener que quedarse aquí bajo el sol abrasador mientras sus padres buscaban a la chica que odiaba fue suficiente para que ella se quedara quieta, temerosa de que si se movía estallaría y comenzaría a gritar de ira.

Su ira cegó sus pensamientos y no pudo escuchar ese antiguo susurro.

Sin embargo, el susurro continuó, sin dejar que la chica lo ignorara.

Mariana no soltó hasta que sintió la brisa fría indicando que había ingresado al museo. Ahora con todos sus sentidos miró a su alrededor y de alguna manera supo a qué habitación tenía que ir.

Una vez llegó, sonrió triunfalmente, estaba justo aquí, tal como lo recordaba. Se acercó al cristal con cuidado, sin apartar los ojos de él.

La pieza negra y dorada la maravilló, la estaba llamando, de alguna manera cantando una canción antigua y susurrando su nombre una y otra vez. Presionó su mano contra el vidrio, la superficie fría en la punta de sus dedos le hizo saber que esto no era un sueño.

Salió humo, pero no sintió miedo, sabía que se suponía que esto debía suceder y estaba feliz de que sucediera mientras miraba.

El espejo de Tezcatlipoca brilló, soltó humo negro y murmuró su nombre. ¿Por qué? Ella no lo sabía, pero estaba aquí para escuchar lo que dijera. Su mano viajó lentamente y tocó el cristal.

Ha pasado un tiempo ;'v no voy a poner excusas pero estaba en los trámites de la universidad y se me vino todo encima y no podía escribir nada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ha pasado un tiempo ;'v no voy a poner excusas pero estaba en los trámites de la universidad y se me vino todo encima y no podía escribir nada. Tratare de publicar más a menudo porque tengo muchísimos capítulos ya planeados y apenas es el primer arco.

Lo único bueno es que el capítulo 11 es muuuy largo, como 4 paginas cuando usualmente escribo 2 por capítulo.

7 de Marzo,2022
EDITADO :)

Susurros ancestrales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora