Prólogo

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Aquella noche de abril, una como muchas otras, con las estrellas alumbrando la oscura noche y la luna haciendo poco acto de presencia; Regina estaba más inquieta de lo normal, pues al día siguiente cuando el sol alcance su cenit, en el castillo del Reino Blanco nacerá la sucesora al trono de la Reina Snow y su marido el Rey Charming.
Aquellos que le arrebataron su felicidad sufrirán perdiendo a su amada hija, llevándola a un mundo donde ninguno se acuerde de quienes son.

Llegada la hora Snow decidió proteger a su hija Emma metiéndola dentro de un armario mágico siendo esa la única posibilidad de que algún día ella rompa el hechizo.
"Justo a tiempo" pensó Snow; pues nada más cerrar el armario apareció su madrastra y su malvado maleficio, aquel que les llevaría a un lugar donde solo Regina obtuviera un final feliz.

Habían pasado ya 28 años desde que todos los habitantes del Bosque Encantado habían aterrizado en aquella ciudad llamada Storybrooke; bueno todos menos uno, la amada hija de Snow y Charming. Resulta que aquel armario la destinó a una vida incluso peor que estar bajo los efectos de el maleficio oscuro, pues vivió su vida como una huérfana a la que nadie le prestaba atención o insultaban por no ser como todas aquellas niñas de el orfanato en el que se hospedaba.

Un día Emma Swan (apellido que obtuvo en su infancia) decidió ir a ver mundo, ya que había estado muchos años enfrascada en su trabajo como agente secreto intentando que no la traicionaran por las espaldas. Así fue como la bella rubia llegó a la ciudad de ensueño adentrándose en las fauces de La Reina Malvada, aunque allí todos la conocían como la alcaldesa Regina Mills.

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