Capítulo 32 - "Torbellino de sentimientos"

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Pov Cheryl

Antoinette clavó sus uñas en mis hombros, dejando salir un gemido que me volvió loca. La mujer movía sus caderas rápidamente sobre el escritorio mientras yo la penetraba con dos dedos. Ella era magnífica, estaba completamente desnuda y sudada. Su cabello estaba alborotado dejando en claro lo que estábamos haciendo encima del escritorio. Su piel brillaba gracias a las gotas de sudor. De su boca ligeramente abierta salían palabras sucias a casa instante, incrementando mi excitación. Dios es mujer es enloquecedora

- Dios, ¡Antoinette amo cuando gimes como un pequeña perra! ¡Me excita demasiado! - Le dije en un gruñido a la mujer que gemía tan excitante debajo de mí

Si, el sexo con Vanessa Antoinette todavía no había acabado. Digamos que en ese momento dejamos salir nuestro enojo con placer. Me incliné para tomar con mi boca un pecho de la morocha, deslizando lentamente mi lengua sobre su rosada y deliciosa aureola, lo cual hizo que la morena soltara un gemido impulsándome a continuar entonces succione su pezón el cual ya estaba sensible

- ¿Quieres matarme? - Ella preguntó agonizante

Sonreí perversamente, pensando que la única manera en la que podría matarla sería con placer. Ella gimió, su boca permanecía ligeramente abierta sin poder contener los gemidos. Sentí mis dedos apretarse en el interior de esa mujer, la sensación era increíble, empuje mis dedos dentro de ella rápidamente como si ella me rogara con sus gemidos mientras yo succionaba su peón como un hambriento felino. Antoinette movía sus caderas involuntariamente contra mis dedos su cuerpo era comandado por el placer que yo le estaba dando. Continúe con esos intensos movimientos hasta que sentía que la morena se corrió para mí

Su pecho se movía rápidamente en una respiración agitada. Literal quedamos exhaustas, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que tuve un maratón de orgasmos consecutivos. Deje mi cuerpo colapsar sobre el de ella lentamente, me sentía débil

- No pued... puedo más... - Susurro ella cansada, causando una ligera risa en mí

- ¿Te canse?

- Demasiado, creo que no podré caminar mañana

Estaba con mi cabeza sobre su pecho, escuchando su acelerado ritmo cardiaco. Estábamos acostadas en mi enorme escritorio completamente desnudas. Por suerte o por mi intención las ventanas de mi oficina estaban cubiertas por las personas que yo cerré en el momento que entró Minerva a mi oficina. A esta hora los empleados ya estaban en sus casas y le ruego a dios que nadie haya escuchado lo que sucedió aquí lo que sería poco probable, porque nuestra discusión fue seguida de gemidos y nalgadas que fueron muy escandalosas. Cerré mis ojos sintiendo la pequeña mano de Antoinette pasando por mi cabello con delicadeza. Nuestras respiraciones gradualmente se fueron calmando hasta dejar solamente el sonido de la tormenta. Abrí mis ojos observando nuestras prendas tiradas en el piso recordando el momento exacto en el cual fueron lanzadas. Dios

- ¡Me volviste loca! - Dije mientras me levantaba de la morena, la cual me miraba confundida

- ¿Qué pasó?

Sus ojos chocolate reflejaban que no me entendía 

- ¿A qué te refieres con "qué pasó"? ¡No debí hacer hecho esto! - Exclame recogiendo mis cosas del piso - ¡Es tu culpa!

- ¿Mi culpa?

Estaba recogiendo mi ropa que estaba esparcida en el piso de la oficina, tan rápido como para no arrepentirme

- Sí, ¿qué me has hecho? ¿Me embrujaste?

Antoinette rió mientras lentamente bajaba del escritorio

The Stripper ✔️Where stories live. Discover now