Capitulo 5

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Lauren pov

Me dediqué a curar yo misma todas sus heridas pero antes le había aplicado un sedante para que no despertara mientras la curaba. Suturé una de sus cejas partidas, limpie la sangre de su rostro y aplique una crema en su costado que estaba de un color morado intenso.

Roger cruzó los límites al golpearla de esa manera y desobedeció las reglas.

Cubrí su cuerpo desnudo con la sábana y salí de la habitación.

No pude evitar pensar en lo atractiva que era ella y en el hermoso cuerpo que tenía. Puedo ser lo más fría y distante pero mis ojos y mis sentidos saben reconocer cuando una mujer es hermosa y ella realmente lo era.

Por qué estoy pensando en eso?

Alejé esos pensamientos de mi y me dirigí al despacho de mi padre.

-Te enteraste de lo que hizo Roger?- Le pregunté.

Ni siquiera tomé asiento sólo estaba estaba esperando que tenía para decirme.

-Si. Justamente venía un comprador a verla para comprarla y ahora sucede eso.- Él hablaba pacíficamente y sé que estaba igual de enojado que yo.
-Ya sabes que hacer con Roger- Me dijo, y Asentí para salir pero él me detuvo.

-Oye Lauren, de ahora en adelante Camila estará a tu cargo, no la descuides. No queremos que esto pase de nuevo, perdimos mucho dinero hoy por eso- Asentí otra vez y después salí de su despacho.

El enojo que sentía no me había permitido prestar atención a su nombre, cuando estuve fuera del despacho si me di cuenta, se llama Camila.

Ahora si me iba a desquitar profundamente la rabia que sentía.

Camila pov

Me desperté con el cuerpo adolorido y mi cabeza dando vuelta, recordé lo que me habían hecho y no pude evitar llorar, me sentía horrible, mis ánimos en el piso, vulnerable, impotente y sola. No tenía a nadie conocido a mi alrededor.

Eché un vistazo a mi cuerpo desnudo debajo de la sabana, tenía el abdomen vendado, y puntos en una de mis cejas. No sentí dolor ni ardor por dentro de mi, lo que significa que él no llegó a violarme, otra lágrima silenciosa resbaló por mi adolorida mejilla.

Poco a poco y con gemidos de dolor fui incorporándome en la cama y me sorprendí al ver parada frente a la ventana a aquella mujer vestida de negro.

Que hacía ella ahí parada?

Ella se giró para verme, su mirada seguía igual de fría pero con un toque de preocupación.

-No te muevas mucho- Dijo ella.

Su posición era firme y rígida.

-Donde está mi ropa?- Hablé como pude.

-No tienes, debes esperar a que te traigan-

-Él llegó a abusar sexualmente de mi?- Pregunté temblorosa, quería asegurarme.

-No- Respondió simplemente.

Ella salió de la habitación dejándome sola, ella definitivamente es rara y quisiera saber quién es ella y que influencia tiene en estas personas.

Me recosté otra vez en la cama, el dolor que sentía en mi cuerpo era insoportable y mis heridas ardían.

Poco después aquella mujer regresó con una bandeja de comida y algunas piezas de ropa.

Ella se acercó a la cama y lentamente quitó la sábana de mi cuerpo. En otro momento me hubiera quejado pero estaba muy cansada y sin fuerza, pero no pude evitar sentirme expuesta al estar desnuda.

Ella me cargó en sus brazos, sentí su olor y me debilité un poco más. Ella me llevó hasta la puerta del baño.

-Por qué estoy tan débil?- Pregunté en un hilo de voz.

-Por el sedante- Respondió.

Ella con cuidado me colocó en la bañera y se quedó un momento mirándome.

-Puedes sola o debo ayudarte?-

No sabía que responder, no podía hacerlo sola pero tampoco quería que ella lo hiciera.

-No...- Cerré mis ojos sin poder continuar hablando.

-Te ves realmente mal, te ayudaré- Dijo.

Ella se acercó a mi cuerpo y sin hacerme daño me ayudó a bañarme, luego de bañarme me vistió con sumo cuidado. Llegué a tranquilizarme un poco al saber que ella no miraba de más mi cuerpo, y sus toques eran respetuosos.

Ella volvió a dejarme en la cama y me cubrió con la sábana.

-Descansa un poco- Fue lo último que escuché antes de caer en un profundo sueño.

Desperté después de lo que me pareció una eternidad durmiendo. Al despertar aquella mujer estaba ahí.

Ahora es mi enfermera?

Ella se acercó a mi y me miró como si buscara algo.

-Te sientes bien?- Preguntó sin dejar de mirarme.

-No- Negué.

-Ven, debes comer algo- Dijo.

Ella me ayudó a sentarme en la cama y acercó la bandeja a mi.

-Te tengo que ayudar a comer?-

-No es necesario- Le dije Como pude, ella asintió y se paró frente a la ventana.

Mientras comía la iba mirando y estudiando cada parte de su cuerpo.

-Estarás bajo mi cuidado hasta que te recuperes- Dijo de la nada.

Subí mi mirada a ella pero ella no me estaba mirando, ella seguía mirando por la ventana.

Comenzaba a recordar todas las veces que ella me había hablado, había pasado por alto su acento ruso, lo recordé al escucharla hablando ahora.

Ella es Rusa.

-Por qué me tienen aquí?- Ya era momento de hacer esa pregunta.

-Lo mejor es que no hagas preguntas.- Me dirigió la mirada por un momento.

-Tengo derecho a preguntar- La enfrenté.

-No, no lo tienes!- Elevó la voz tanto que me asusté.

Ella salió de la habitación volviéndome a dejar sola. En el poco tiempo que tengo de conocerla ya me he acostumbrado a que ella se vaya de la nada.

Terminé de comer y como pude me puse de pie, caminé hasta el baño para hacer mis necesidades.

Tantas veces me he preguntado que he hecho para merecer esto.
















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La Mafia Rusa Where stories live. Discover now