El director Rochetlewr me trajo a casa por eso de las 7:00 pm. Adam tenía su propio auto por lo que no fue necesario que el director lo llevase. Aunque en realidad, no lo vi.
-Bella -me llamó el director antes de que entrara a mi casa-. Bella, por favor no molestes a tu padre ahora... Tienes que comprenderlo.
-¡Me llamó inmadura!
-Lo eres.
-No -bufé.
-Si.
-Que no.
-Si, si que lo eres.
-No, ¡No, no, no y no! -pataleé. Hubo un silencio incómodo y un sonrojo por mi parte-. Ah. Tal vez un poco.
-Un poco no, demasiado -rió el director-. Nos vemos mañana, Bella, no llegues tarde.
-Si, gracias por no suspenderme... Mi papá y yo estamos muy agradecidos con usted. Siento que no lo parezca de mi parte -agaché la cabeza avergonzada.
-Bien, cuídate -sonrío y se dirigió a su auto.
-Creo que le gustas -susurraron en mi oído. Lancé un grito desgarrador, aterrada por quien se encontrase junto a mi. Cerré mis ojos con fuerza y alcé mis manos.
-Toma lo que quieras, menos mi teléfono y mi virginidad -chillé. El hombre misterioso lanzó una carcajada he inmediato lo reconocí-. ¡Te voy a matar viejito pelado! -grité mientras salía corriendo detrás de mi papá.
El parecía estar disfrutando el que lo corretara como un niño de 5 años, mientras yo estaba cansada y enojada. Mi dolor de cabeza tenía nombre y apellido, y lastimosamente era mi papá.
-¡Ya para! -grité- ¡Me dices inmadura y tu eres el que juega a las atrapadas! -suspiré y busqué en el bolso de mi pantalón mi teléfono. No lo encontré. Busqué en mi otro bolso, en los de la parte trasera, tanteé todo mi cuerpo y nada. Entonces...ahí estaba papá sentado en el pasto con mi celular entre sus manos, picaba la pantalla repetidas veces con su dedo índice y bufaba. Me acerqué a el y me senté a su lado-. No es 'touch', se usa el teclado -le indiqué.
-¡Esta cosa del demonio no sirve! -gritó mientras lo aventaba hacia el otro lado del viejo jardín. Abrí los ojos en grande. ¿Qué demonios acaba de hacer?
-¡Papá! -grité desesperada. Corrí en busca de mi celular y cuando lo encontré...ya había fallecido-. ¡No! ¡No, no, no, no, no! ¡Papá! ¡Está roto! ¡Mira lo que hiciste! -chillé. Me giré para gritarle y ya no estaba. Oh vamos dios, ¿primero pierdo a mi celular y ahora a papá? Solo falta que lo encuentre roto también.- ¡¿Dónde estás?!
Encontré a papá dormido en el sillón. Tome un cojín y lo empecé a golpear. Papá se levantó asustado y se protegía con sus manos para tratar de evitar los golpes.
-¡Viejo malcriado! -grité.- ¡Rompiste mi celular! -lloré-. ¡Era mío! ¡No es justo!
-Te compro otro, pero deja de golpearme -rogó.
-Trato, pero quiero que tenga la firma de Ed Sheeran y la de Justin Bieber.
-¿Quienes?
-¡Ugh! ¡Te odio! ¡Mi celular! -lloré y volví a golpearlo con el cojín-. ¡¿Te gustaría que te rompiera tu colección de Elvis?!
-No, no te atrevas...
-¡Tu rompiste mi celular!
-Elvis es más importante.
-¡No! ¡No lo es! -grité. Sin decir más aventé uno de sus discos del Rey del Rock al suelo y lo pisé. Papá gritó, se tiró al piso e hizo caras raras que me hicieron reír-. Estamos discutiendo, no me hagas reír.
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La Bella & La Bestia
Teen FictionCuando has sufrido demasiado, lo único que te queda por hacer es cerrarte y ser más frío para evitar volver a salir lastimado. Adam sabe acerca de eso, claro, hasta que Bella llega. Quiere entenderlo, quiere cambiarlo. Pero, algunas veces, no...