Compañeros.

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—No es muy impresionante ¿cierto? —le dice Carisi a Rollins, quien mira curiosa a su alrededor.

El apartamento de Carisi era simple; justamente lo necesario para una persona. Incluso se notaba que aquél espacio era de Carisi, pues al igual que la oficina, estaba impecable. Tal vez nada era de lujo, pero parecía ser muy acogedora y organizada.

—Es mucho mejor que el mío —dice Rollins.

—Bah, claro que no —dice Carisi.

—El tuyo está más limpio.

—Porque sólo lo uso para dormir —se ríe—. En realidad paso más tiempo en la oficina y en la estación que aquí —dice al dejar las bolsas en la barra de la cocina—. Incluso las noches que no estoy en esos lugares estoy en tu apartamento.

—Seguro debe ser muy relajante venir aquí después de todo todo ese relajo que hacen Jesse y Billie con las ollas —se ríe Rollins.

Carisi ríe amargamente.

—En realidad es triste. En tu apartamento Jesse siempre me recibe con un enorme "¡Tío Sonny!", acompañado de uno de esos increíbles abrazos que me da al verme. Billie tal vez esté dormida la mayoría del tiempo, pero es realmente agradable verla ahí. Y luego... —dice y la mira—. Estás tú y eso es increíble. Aquí... siempre es muy callado, es deprimente.

Rollins se acerca a él y toma su muñeca.

—Puedes quedarte y preparar spaguettis para mi y las niñas todos los días que quieras —se ríe.

Carisi también.

—Mi casa siempre será la tuya —le dice—. Siempre.

Él la mira tiernamente. Ella le devuelve el gesto.

—Bueno, ve toma una ducha caliente yo me quedaré aquí a prepararte algo de cenar —le ordena Rollins—. Debemos ponerte a descansar.

Carisi asiente con una sonrisa a su habitación.

Rollins se quedó en la cocina sacando todas las cosas de la bolsa y poniendo un poco de leche al fuego.

Carisi había emparejado la puerta del cuarto, pero quedaba un espacio suficiente por donde mirar dentro. Se podía observar los movimientos que Carisi hacía al quitarse el abrigo, su saco y desanudaba su corbata.

Rollins quedó absorvida por lo que veía.

Jamás había compartido tal nivel de intimidad con Carisi, pero simplemente no podía apartar la vista con la esperanza de ver un poco más de él.

Se regañó a si misma mentalmente y volvió a ver la olla donde la leche comenzaba a hervir. Se dijo que debia respetar el espacio de Carisi y que le vería de la forma que ella quería cuando Carisi le diera su consentimiento para ello.

Con Carisi en la regadera a Rollins no le quedó más que preparar lo que tenía en el fuego.

Unos 20 minutos después la voz de Carisi emergió del cuarto.

— ¿Eso que huelo es chocolate con leche? —dice él al acercarse a la cocina y secándose el cabello con una toalla.

Carisi vestía una playera azul claro, enorme, de la universidad en la que había estudiado derecho. Unos pantalones de pijama de cuadros azul y unas pantunflas del mismo color que el pantalón.

Aquella imagen de él sorprendió a Rollins, quien se quedó mirándolo fascinada. Era una imagen totalmente nueva. Bueno, lo habia visto desaliñeado para las misiones de encubierto en las que había participado Carisi, pero verlo a él mismo, sin traje, corbata, calzado italiano y sin tanto fijador de cabello, era diferente. Y sexi.

— ¿Qué? —le preguntó Carisi.

—Nada —le dice Rollins sorprendida—. Bonita pijama.

Carisi ríe.

—Gracias. ¿Qué preparas?

—Estoy un poco harta del café y pensé que un poco de chocolate con chile acompañaría bien a los canollis.

— ¿Chocolate con chile? —pregunta Carisi confundido.

—Si. Se prepara con un poco. Le dq un toque delicioso. Mamá preparaba cuando Jim tenía resaca. Fue de las pocas cosas que aprendí a cocinar porque me encantaba.

—Ahora si me sorprendiste, Rollins —le dice Carisi.

Ella se alza de hombros.

—Ve a tu habitación y enciende el televisor y busca aalgo que Carisi quiera ver —le ordena.

—Podré ser el asistente del fiscal ahora, pero nunca dejaste de darme órdenes —dice Carisi sarcástico mientras se dirige a su habitación.

—Porque nunca dejé de ser tu compañera —dice enarcándole una ceja.

Carisi sólo le sonríe y se va a su habitación feliz de haber escuchado aquello, no importa si ya no trabajaban juntos, ahora más que nunca eran compañeros y jamás dejarían de serlo.

Rollisi: Todo cambia con un beso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora