23 - Y de las nuevas oportunidades

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—¿No me darás un abrazo?

Tadeo rió.

—No me parece apropiado, señorita. Yo solo he venido a hacer negocios con usted.

Ella levantó una ceja entendiendo el juego.

—Bien, pase.

Al ver que Oli se hizo a un lado, permitiéndole el ingreso a una distancia considerable, Tadeo no pudo continuar con la actuación.

Pasó por su lado y le fue imposible evitar las ganas de abrazarla y besarla.

—Ven aquí —le dijo abriendo ambos brazos.

—No me parece apropiado, señor —rio ella mientras se acercaba.

Se envolvieron en un abrazo que duró varios minutos. Era como si quisieran recuperar el tiempo de abrazos que habían perdido estando lejos. Y allí, en silencio, uno junto al otro, se fue haciendo de noche.

—Te extrañé —masculló Olivia acercándose a su rostro.

—Y yo a ti. Mucho.

Sin poder resistirlo más, atrapó sus labios entre los suyos, disfrutando del sabor de haber llegado a destino. Su destino.

Cuando ingresaron a la casa, se encontraron con Patricia que estaba en el living mirando televisión. Hicieron las presentaciones y Oli le preguntó donde estaban sus padres.

—Salieron a recorrer la quinta. En un rato vuelven. Mamá dijo que haría la cena. Su especialidad —les dijo mirando fijamente a Tadeo—. Sin conocerte, ya te quiere.

—¡Pato!

—¿Qué? Es cierto. ¿Hace cuánto que no hace su especialidad?

—Vamos —le dijo Oli a Teo mientras avanzaba hacia su habitación.

Tadeo rió y la siguió.

—¿Cuál es su especialidad?

—Lasaña de carne con queso.

—Me gusta, me gusta —admitió mientras ingresaba a la habitación de Olivia.

Tuvo que frenarse en la puerta para poder observarla. Una sonrisa se dibujó en su rostro al notar que la habitación se parecía mucho a ella. Tenía rastros de su personalidad en la forma en la que estaba decorada.

—También me gusta tu habitación —le dijo mientras dejaba el bolso en la cama.

—Tenemos una habitación de invitados si es que quieres.

Tadeo la miró frunciendo el ceño.

—¿No me dejarás dormir contigo?

—No sé. ¿Tú quieres? —le preguntó con una sonrisa pícara.

—Ven acá —le dijo tomando su mano y acercándola a él. Puso su rostro a milímetros del de ella antes de hablar—. No hay cosa que haya estado esperando más que esto. Estar cerca, junto a ti, todo el día.

—Pues bienvenido entonces —masculló ella mirando sus labios—. Espero que disfrute su estadía... en mi cama.

Le dio un beso rápido y clavó sus ojos en los de él. Tadeo no aguantó y la acercó más a él para robarle un buen beso.

—Te traje algo —le dijo antes de darle otro beso rápido—. Espero que te guste. —Otro beso. —Porque lo compré pensando en ti.

Entonces Olivia se apartó de él un tanto intrigada.

—¿Qué es?

—Un regalo —le dijo mientras buscaba en su bolso—. Espero que te guste.

Olivia observó la bolsita un tanto entusiasmada. Hacía mucho tiempo que no le daban un regalo, y que Tadeo se hubiera acordado de ella de esa forma, le generaba sensaciones hermosas en su interior.

Una parada en Colonia BasiliaWhere stories live. Discover now