O4 | Gladiolas.

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—Ayer fue Hero, hoy toca... Aubrey.

Uy, Aubrey. Difícil.

Aquella niña tan energética, alegre que con tan solo una palabra mal ubicada ella ya podía explotar haciendo un drama tremendo. Pero la mayor parte era una chica muy feliz y humilde.

El único que podía sacar todo el potencial de emociones de esa niña era Kel, causante de ello por las estupideces que la hacían enojar. Cabe recalcar que no había solo un día donde el grupo esté en silencio por los correteos del moreno y las quejas de la pelinegra.

—¿Tienes alguna idea?

Sunny negó.

Se encontraban en el parque, con Mari y Hero en la esquina del mantel de picnic, Aubrey y Kel en el sector de la cancha de basket y Basil con Sunny en los columpios, cada quien por su lado. Desde lejos se podían escuchar los gritos de Aubrey, daba risa escucharla hablando en voz alta porque Kel la molestaba.

Basil suspiró, ¿qué podría darle a su amiga como regalo?

—¡Kim, entréganos el balón! —Exclamó Aubrey.

—¿Oh? ¿Una discusión? —Cuestionó Basil, para después levantarse junto a Sunny a sapear lo que estaba pasando.

Kimberly, la chica que se creía tanto, o así la describía Aubrey. Realmente ella llegaba a hablarnos solo por estar al mando y jugar en conjunto, siguiendo sus reglas. Y no olvidemos de su hermano mayor Vance... De él no se podía decir mucho, solo apoyaba las ideas de su hermana para que se sienta feliz.

—Oh vamos Aubrey, ¡juguemos a las quemadas con este balón! —Habló mientras señalaba aquel balón de basket perteneciente a Kel. ¿Acaso a ella no se le ocurría que esa pelota no es para jugar a las quemadas? Tenía un material duro.

Sunny miraba aquel grupo sin mucha importancia mientras que Basil los veía preocupado.

—Kim... No es buena idea jugar con ese balón... —Intervino el rubio, cuya opinión no pareció gustarle a la chica de pelo castaño.

—¿Y a ti quién te invitó? Niño llorón.

—¿Disculpa? —La pelinegra se indignó.

Dicho esto, a Sunny y a Kel se les tensó el cuerpo al sentir la furiosa vibra de Aubrey, por otro lado, Basil solo agachó la cabeza entristecido por las palabras de Kim.

Kel decidió hablar.

—Aubrey, cálmate, podríamo-

—Silencio Kel. —Interrumpió.

—Ok.

Cuando Aubrey se enojaba, era todo un demonio andante. Ella se acercó a la de lentes sin vacilar.

—Kim. No vuelvas a decirle llorón a Basil. —Reclamó, mientras que la otra la miró desafiante junto a su hermano.

—¿O qué? —Cuestionó Vance.

—Le diré a la dueña de los dulces del supermercado que ustedes dos agarran más cosas de lo que pagan.

Justo en el clavo.

—¡Uff! ¡Buenísima esa! —Habló Kel.

—No te metas Kel. —Kim y Aubrey dijeron al unísono.

Sunny le dio apoyo moral al moreno dándole palmaditas por la espalda. Basil se sentía algo culpable por haber iniciado una pelea, pero eso le dio una gran idea.

Ambas quedaron en silencio, parecía una lucha de miradas por segundos y el ambiente estaba denso.

—Está bien, trato hecho. —Aceptó la castaña.

Tulipanes || SunflowerWhere stories live. Discover now