16: El juego de mesa

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Tenía los tres primeros botones de la camisa desabrochados, dejado ver algo de su pecho. Ylenia desató el cuarto botón, sonriendo coquetamente mientras colocaba su propio labio inferior entre sus dientes. Theseus levantó la comisura izquierda de su labio, intuitivamente. La chica siguió bajando hasta desabrochar la camisa completa, sacando la parte que había dentro de su pantalón.

Dejó caer la mano en su muslo y lo miró con una pícara sonrisa. Él mordió su propia lengua al notar como la mano de Ylenia se acercaba peligrosamente más lejos de su entrepierna, llegando a su ingle, Theseus jadeó.

Quitó la mano, sonriendo victoriosa mientras comenzaba a quitar el juego de mesa de la propia, sin mirarlo. Cuando se dispuso a levantarse para guardar el juego, él agarró su brazo, obligándola a sentarse por segunda vez. Ylenia dejó el juego sobre la mesa y lo miró, alzando las cejas en modo de pregunta.

Theseus llevó su mano derecha hacia la nuca de ella, atrayéndola a su rostro para rozar sus labios con suavidad. Ella cerró los ojos, disfrutando unos segundos de la sensación hasta que sintió como Theseus unía sus labios con los suyos, una sensación muy frecuente estos últimos meses. Ella le siguió el beso en cuestión de segundos, se sentía muy bien cuando lo besaba. El sabor de sus besos era a café mezclado con licor de manzana, aparte que, aquel Scamander era un gran besador, desde luego, ella no había perdido ninguna oportunidad acercándose a él.

-Theseus- gimoteó notando la gran mano del chico colarse en su falda, acariciando su entrepierna con el mayor descaro -, por favor...

El castaño comenzó a desabrochar los botones de la camisa de Ylenia, justo como minutos antes ella lo estaba haciendo con él, una vez desabrochada, se la quitó, dejándola en sostén fucsia. Encontró el valle de sus senos y se perdió en aquel lugar, besando, lamiendo y mordisqueando mientras desabrochaba su sostén.

Dejó caer su ropa interior de encaje por sus hombros, dejando ver sus grandes senos. Theseus se inclinó y comenzó a besar cada parte de ellos, disfrutando el momento del que tanto había estado esperando.

-Por favor... fóllame- pidió la chica.

Theseus la miró, aturdido por sus repentinas palabras. La besó con desesperación para luego echarse encima de ella sobre el sofá para una ronda de acalorados besos.

[...]

Ylenia observaba por la ventana a las personas que pasaban por la calle, era un día lluvioso y tenía puesta una vieja sudadera de su hermano, sin ropa interior y con calcetines.

Esperaba que el café se hiciera mientras seguía mirando a las personas pasar con paraguas.

Había pasado una noche increíble con Theseus, e instintivamente sonrió al recordarlo. La había hecho correrse tres veces, que se dice rápido, pero hacía tiempo que necesitaba eso. Se tiró literalmente tres horas teniendo relaciones con Theseus, contando sus idas y venidas, pero, el momento duró tres horas. Después de eso, las piernas de ella incluso temblaban lo demasiado como para hacer un hechizo, así que él cambió las sabanas y ella se dedicó a suspirar mirando el techo. No supo en que momento, pero ambos cayeron rendidos al tocar la almohada. Definitivamente, la noche anterior había sido genial.

-Buenos días- un susurro la hizo salir del trance en el que estaba, enrolló las manos en su cintura y habló contra su oído -, ¿qué tal?- su aliento pegaba contra el cuello de la chica, haciendo que su piel se erizase.

-Buenos días- dijo, sirviendo café en una taza -, ¿tienes hambre?- se dio la vuelta, extendiéndole la taza de café, y dándose cuenta de que ya estaba vestido. Él tomó la taza y se acercó para dejar un suave beso en sus labios.

Perfidia || FW || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora