ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s ᴅᴇ ʟᴀ ɢᴜᴇʀʀᴀ (𝗿𝗶𝘃𝗮𝗺𝗶𝗸𝗮)

Cap 3 (✔️)

—Aquí estará bien —Digo en voz alta, escuchando que se detiene a mi lado.

—Ve llevando las cosas dentro, ataré a los caballos. Puedes ir revisando que todo esté bien.

Asiento y empiezo a cargar nuestras pertenencias dentro de la vieja cabaña de invierno, no fue difícil encontrarla. Nos habíamos topado con otras propiedades, pero estaban en condiciones inhabitables, no sobreviviríamos al frío en ellas.

Por ello, decidimos internarnos más bajo los árboles y terminamos desembocando en un pequeño prado tras una colina algo enlodada, la infraestructura está mínimamente dañada, así que serán pocos días para darle algo de mantenimiento.

Subo los escalones cargando las bolsas y con la madera rechinando a cada paso. Me paro en el pórtico y maldigo entre dientes al encontrar la puerta trabada, tengo que abrirla de una patada que la hace chocar contra la pared; otra cosa para reparar.

Dejo lo que cargaba en el suelo de la casa, observando la estancia.

No parece ser una casa familiar, seguro debió ser habitada por una persona de edad ya avanzada.

Recorro la sala principal, ojeando la puerta abierta por donde se avista una cocina sencilla. Sin embargo, me dirijo por los pasillos del interior de la cabaña. Hay dos cuartos, el principal y uno extra. Reviso que no haya ningún animal dentro y vuelvo a la sala principal, topándome con Levi recién entrando.

—Todo está en orden, pero tuve que romper la puerta.

Chasquea la lengua—. Está bien.

Deja dos cajas de provisiones junto a las que yo traje y se vuelve en su sitio, yendo a por más.

Desenvuelvo la leña, aprovechando la fogata para calmar un poco el frío y salgo en busca de un cobertizo.

Lo encuentro al costado de la casa y me apresuro a sacar algunos utensilios de limpieza, estando con Levi, sé que los necesitaremos. Empiezo por sacudir el polvo y el Ackerman mayor se me une a penas ve la escoba apoyada en un mueble, al final termina desplazándome del trabajo murmurando algo de que soy una inútil y que no lo estrese.

Así que termino encargándome de desempacar.

Mantengo mi mente ocupada limpiando, ordenando y para el final del día el interior de la casa está en su máximo esplendor posible y nosotros preparándonos para cenar.

—No extrañaré el pescado— comento, revolviendo la avena en la olla.

—No comeremos pescado en un buen tiempo— afirma con la cabeza, concentrado en cortar una fruta.

—Estaba pensando, Levi. Espero que no te incomode...— trato de no morderme la lengua antes de tiempo—, solo hay una habitación con camas, no se que te parezca, pero eso podría ayudar a tu insomnio.

Parpadea un par de veces.

—Eh, está bien. No me molesta.

Relajo mis hombros, la tensión se deshizo al instante.

—¿Me pasas dos tazas? Gracias.

Tenemos una charla amena durante la cena. Nos sentamos frente al fuego y soltamos un poco más de nuestro pasado, nada triste, sólo memorias alegres o recuerdos que compartimos.

Nunca había hablado tanto con el ex-capitán, más bien, nunca pensé que hablara tanto.

Sigue con su ademán serio, pero cuando me pregunta algo o se muestra interesado por algo que decía, se nota sincero; tiene un aura más relajada.