Tras el retumbar, las naciones optaron por simplemente borrar la isla Paradis de sus mapas, demasiado ocupados en restaurar sus territorios; todos menos ellos.
Quienes nunca pensaron que terminarían coexistiendo con el otro.
Nota: Este iba a ser in...
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Marley había caído y los titanes desaparecido de la faz de la tierra.
Paradise está hecha ruinas como el resto del mundo, totalmente desolada. Para el resto de naciones, la Isla ni siquiera existe; Hizuru son los únicos que nos ofrecieron apoyo, pero respetaron nuestra decisión. Todo el cuerpo militar está muerto, cada eldiano inocente de ambos lados; todos luchamos por lo que creímos correcto. Todos cometimos sacrificios y tomamos caminos difíciles, caminos que nunca creímos tener que tomar.
Nunca pensé que tendría que hacerlo.
Pero lo hice. Asesiné a Eren.
Maté a la persona que alguna vez más amé y protegí con mi vida, a quien me había aferrado después de perder todo lo que tenía y quien me dio esperanza, una familia. Vi la liberación en sus ojos cuando me vio aproximándome, contemplé lo que pudo haber sido en otra vida, percibí tantos sentimientos con tan solo mirarlo a esos orbes vacíos. Me transmitió el amor y gratitud que sentía por mí y yo siempre había sentido por él.
Entendí que no podría evitar su muerte, porque sería la causante, era mi destino; él ya lo había visto y aún así siguió adelante con el plan de Ymir.
Lo entendí al ver a la niña sonreír, observándonos. Vi la misma libertad que en los ojos de Eren y como una cadena de errores llegaba a su fin.
En otra vida, quizás, las cosas hubieran sido diferentes. Tal vez, pude ser feliz con Eren si las cosas hubiesen pasado diferentes.
«Si le hubiese dicho lo que sentía, ¿Habría cambiado algo?»Entendí que Eren sacrificaba su felicidad por la libertad, él siempre quiso ser libre, liberarnos...
«¿A qué costo?»
Le di fin a su sufrimiento y delirios. Terminé con su agonía, capaz de ver sus ojos brillar una última vez antes de que perdieran su brillo para siempre. Logré ver algo del niño inocente que me salvó y acogió en su hogar. Quería recordar aquello.
Lo necesitaba para poder seguir.
Llevo una mano hacia mi cuello, con la intención de ocultar mi rostro con la bufanda, pero se queda a medio camino al recordar que ya no la tenía más conmigo. Observo distraídamente el agujero que había cavado unos cuantos minutos y me aproximo a llenarlo, enterrando el uniforme de la legión y equipo tridimensional como un amargo recuerdo que dejar atrás. Acomodando la pala en mi espalda, vuelvo sobre mis pasos, aún con un amargo sentimiento.
Era la segunda soldado más fuerte de la humanidad, sabía que vería morir a mis compañeros y sobreviviría para atesorar sus recuerdos y honrar sus sacrificios; el que no pueda morir fácilmente es algo conocido para mi y aún así, no pude.
Pero no tenía dudas, para el capitán fue mucho peor.
Estoy segura que a pesar de que no lo demuestra, sus emociones son tal vez más intensas que las mías y todo el peso que carga por si mismo debe estar aplastándolo. Después de la muerte del comandante Erwin, pude ver como lo único que le quedaba se le escapaba de las manos; no tiene razón para seguir viviendo.
