• ú n i c o •

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— T-Tranquilo, estoy bien. Puedo intentar llamar a alguien, mi celular-. — No pudo terminar de moverse cuando un siseó de ardor cruzó por su rostro, tenía la mitad de la cara raspada por la caída en el asfalto. Su rostro mostró su desilusión al sentir los pedazos de lo que antes era su celular. — ¿Tienes tu celular?, h-hay que llamar a NamJoon a emergencias. — La desesperación en su voz era palpable y JungKook no sabía qué hacer.

— E-estaba en la cesta, y no la veo. — Los hipidos de terror en JungKook eran desastrosos el no quería morir, tenía a NamJoon, a sus padres que a pesar de que no tenían una buena relación los extrañaba. — ¡A-AYUDA!, ¡ALGUIEN! — JungKook estaba entrando en un ataque de pánico, iban a morir en medio de la carretera, a altas horas de la madrugada y separados mientras agonizaban.

— Cálmate JungKook, intenta ¿puedes salir del auto? — TaeHyung tenia en mente arrastrarse hasta el auto, si el menor no podía salir.

JungKook, estaba tieso en el asiento del copiloto, tenía el brazo en una posición extraña de la que el ni siquiera había sido consiente hasta que TaeHyung mencionó que saliera del auto. Cuando intento sacar el brazo del parabrisas solo se escuchó un grito de profundo dolor y agonía.

— T-Tae, a-ayúdame. — El rostro de JungKook estaba pálido de la vista que tenía en frente, su brazo izquierdo estaba incrustado en el vidrio de la ventana, pero esta no estaba rota en su totalidad, había un agujero en donde estaba el brazo de JungKook, el cual en su mayoría estaba cubierto de sangre, esta vista hizo que se despertara totalmente y el miedo llenará su cuerpo.

— JungKook, cálmate. Iré contigo. — TaeHyung seguía arrastrándose sobre el suelo y parando cada tanto.

— T-Tae, no siento mi brazo. — El brazo de JungKook se veía cada vez más blanco y sin vida, esto no hacía más que alimentar el miedo y pánico en JungKook, quien solo quería gritar tan alto que lo escucharán y lo sacarán de ahí.

— Y-Ya voy, saldremos de aquí, yo lo se.  — TaeHyung también se sentía así por dentro, se sentía candado y con sueño, además de que ya casi no sentía sus piernas.

Poco a poco las fuerzas para gritar abandonaron el cuerpo de JungKook, se sentía mareado y el olor a sangre le daban náuseas y ganas de querer vomitar.

Cuando TaeHyung estuvo afuera del auto se apoyo en donde debía estar la puerta, que seguramente había salido disparada cuando chocaron con el camión, el cual se consumía en frente de ellos. Tae utilizo sus últimas fuerzas en subir al asiento y recostar la frente en la guantera. La mitad de su rostro ardía, no sentía las piernas, ya no tenía fuerzas ni para abrir lo ojos, el no era alguien creyente pero en ese momento pedía al cielo mismo que acabara con el sufrimiento que lo sometía a él y a JungKook.

JungKook...

Cuando volteo la cabeza para verlo sintió náuseas por la escena que se reflejaba ante sus ojos, el brazo de JungKook estaba totalmente destruido, una de sus piernas estaba en una posición muy extraña y ni hablar de como su rostro estaba bañado en sangre, sudor y lágrimas.

— JungKook... — Su voz era un hilo, no procesaba la imagen frente a él. JungKook era una persona muy hermosa y que siempre estaba con una sonrisa, nada que ver con lo que sus ojos veían, un chico agonizante y llorando como si se fuera a deshacer en hipidos.

— T-Tae, vamos a morir. — no era pregunta, era afirmación, JungKook lo sabía, el lo sabía. Ninguno era tan iluso como para creer que iban a salir de esta y si lo hicieran sería como estar muerto en vida, y ellos no querían eso.

— Quizás... JungKookie, no lo recuerdo ¿porque vinimos? — al recordarlo JungKook se deshizo en llanto, iba a morir y no podría  confesarse, aunque nada de eso importaba ahora, sentía que era su culpa por querer ir a un lugar apartado, era su culpa que fueran a morir.

Picnic • [TaeKook] •Where stories live. Discover now