22 - De la mano del amor

Comenzar desde el principio
                                    

—Seguro que sí —se animó él—. Espero que triunfes mucho, niña. Tienes talento.

A los pocos minutos llegó Igor, quien también se sorprendió por la presencia de Olivia.

—¿Te has caído de la cama?

Ella no pudo hacer más que reír.

—Se va. Olivia se va —le dijo Waldo mientras se ponía de pie con lentitud.

—¿Renunciaste?

—No, se va a Valedai —aclaró riendo mientras se dirigía a la cocina.

—¿Te vas?

Oli asintió con una mueca.

—Volveré al lugar de mis mayores miedos —rio intentando alivianar el asunto.

—¿Cómo pasó eso? ¿Es culpa del camionero? —preguntó animado mientras empezaba su rutina de limpiar vasos ya limpios.

Ella negó.

—Tengo una beca... Para el Icopava.

—¡Ey! Eso es genial. Te felicito.

—Gracias...

—¿Y has aceptado?

Asintió.

—Tenía un poco de miedo, ¿sabes? No ha sido fácil la última vez.

—Lo sé, lo sé. Pero me alegra que te hayas animado. Tienes talento.

Esa palabra no dejaba de repetirse y Olivia empezaba a temer no estar a la altura de las expectativas de todos en su pueblo.

—Tadeo ha ayudado en eso —le dijo mientras se ataba el delantal.

—Al final parece que me he equivocado con él.

Oli se encogió de hombros. Nunca había sabido bien cuál era la visión de Igor en el asunto y poco le había importado.

—Ojalá tú también tengas la posibilidad de ir tras tus sueños.

—Lo veo bastante lejano.

—Es cuestión de un golpe de suerte, supongo —le dijo y comenzó a limpiar las mesas.

Esa frase quedó volando en su mente y se sorprendió lo mucho que podía cambiar su vida tras una decisión. Antes de la primavera su vida era totalmente diferente. Y en ese momento no solo estaba por mudarse, sino que también se encaminaba hacia el sendero de sus sueños y tenía en su corazón un nuevo nombre marcando territorio.

Si quería encontrar el punto de quiebre de su pasado y su presente, solo aparecía el nombre de Tadeo y el día de su llegada a Colonia Basilia. Y le parecía increíble lo mucho que había cambiado su vida tras ese momento que había parecido tan insignificante al momento de vivirlo.

—Muchas veces me he preguntado si las cosas hubieran sido diferentes si seguíamos como amigos —comentó Igor después de un breve silencio.

Olivia suspiró. Odiaba ir a ese pasado.

—Si hubiéramos sido amigos probablemente no te hubiera seguido a Valedai...

—¿Y eso no es algo positivo?

Lo pensó por unos segundos y sonrió.

—No hubiera estudiado ese año que hoy me dio base para que me dieran la beca.

—¿O sea que todo ha salido bien?

—No sé, ¿tú qué opinas?

Igor se tomó varios segundos para responder y cuando parecía que lo haría, entró un cliente y dio por finalizada la charla.

Una parada en Colonia BasiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora