⊰⊹ฺ ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ 21 ⊰⊹ฺ

170 30 8
                                    

Hola…

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hola…

Nunca esas palabras habían producido tanta emoción como la que sentía en ese momento.

Sus piernas volvieron a moverse con mucha rapidez, se acercó y abrazó al chico frente a él, llorando, sintió los brazos contrarios rodearle

—– Youngjae…

El contrario sonrió con lágrimas en sus ojos.

—– Aun te acuerdas de mí —–
Se alejó del chico observándolo.

Era el mismo Youngjae que trabajaba en la pequeña librería, que tiempo atrás había desaparecido y no solo él.

—– ¿Cómo? Y ¿Bambam? ¿Está bien? ¿Estás bien?

Youngjae sonrió más grande dejando salir algunas lágrimas.

—– Bambam está bien.

La expresión de Namjoon se relajó, pero de nuevo se frunció, tocó su frente, se cacheteó y se pellizcó.

—– Auch.

El menor lo miraba mientras reía fuertemente.

—– Tú y Jaebum tienen reacciones diferentes.

Namjoon frunció el ceño de nuevo.

—– ¿Jaebum? ¿Ya lo sabe? ¿Te vio? Pero–

Youngjae lo interrumpió.

—– Lo vi ayer en la tarde y hoy vendrá también pero, quería verte, Nam.

El castaño suspiró audiblemente y luego respiró.

—– ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿Qué pasó?

—– Es una historia complicada y a la vez sencilla; debes escucharme si quieres saber lo que pasó, Nam.

—– ¿No te raptaron los de la Luna?

—– No exactamente —– Youngjae sentó a Namjoon a su lado —– Nosotros, nos fuimos voluntariamente con ellos —– Los ojos de Namjoon querían salirse de su órbita.

—– ¿Qué? —– Namjoon negó —– No entiendo.

—– Todo empezó una semana antes de desaparecer —– Youngjae suspiró —– Recibimos una carta bastante alarmante, era más como una advertencia. Decía que si no regresábamos a nuestra aldea de origen matarían a nuestra familia, estaban en sus manos.

—– ¿Familia?

—– Sí, Namjoon. Realmente, vinimos aquí huyendo desde Param, la aldea de los esclavos y las vanidades. Bambam y yo trabajábamos en el palacio del Rey Herodita, éramos esclavos de él, hacíamos lo que quería desde lo más normal hasta lo más aberrante. Hace un buen tiempo huimos de allí y llegamos aquí, a esta aldea, muy diferente a esa. Nuestra familia también huyó, pero, nos separamos para no traer la desgracia hacia ellos también. No queríamos involucrar a nadie por eso decíamos que éramos huérfanos. Durante ese tiempo vivíamos tranquilos de alguna manera, nos comunicábamos con ellos en la otra aldea y estaban bien, nosotros aquí también lo estábamos. Podíamos descansar en paz —– Desvió su mirada —– Lastimosamente, esa paz se esfumó cuando llegó esa carta y reconocimos el sello de Herodita. Estábamos muertos en pocas palabras. Comenzamos a buscar alternativas para entregarnos y que dejaran al resto en paz. Por desgracia y suerte no encontramos ayuda humana, pero, sí en los reinos celestes —– Youngjae lo miró y sonrió —– Tu abuela es una de las que lleva ofrenda de paz desde hace mucho tiempo ¿Lo sabías?

Namjoon asintió —– Sí, lo sé.

—– Ella nos dijo que los del Reino de la Luna podían ayudarnos.

—– ¿Mi abuela? Espera… ¿Nana? ¿Nana te ayudó? ¿Ella sabía dónde estaban y no nos dijo?

—– No podía hacerlo tampoco, Namjoon. Ese día de eclipse esperamos a los guardianes, nos dirigimos al templo e hicimos un pacto, ellos salvarían a nuestra familia y nunca jamás volverían a toparse con Herodita, a cambio, de que fuéramos el sacrificio y antes de que te alteres no. No en el sentido de matarnos y prendernos en fuego, si no, en irnos al Reino para mostrar lealtad. Aceptamos, como ya es obvio, por eso desaparecimos sin dejar rastro, fuimos divididos entre los reinos, fui al Reino del Sol mientras que Bambam fue al Reino de la Luna. Ese era el costo y demostraba nuestra lealtad. El silencio y sacrificar tu vida “normal”. Por eso, tu abuela tampoco podía decir nada, era su voto como servidora.

El silencio se implantó en el lugar como un invitado, intercalando su mirada entre Youngjae y Namjoon, esperando a ver quien hablaba primero.

Por suerte, Namjoon lo hizo.

—– ¿Por qué regresas ahora?

—– Bueno, eso es tu culpa por vincularte con el príncipe Seokjin.

—– ¿Lo sabes? —– preguntó avergonzado.

—– ¿Es broma? —– bufó —– Todos lo saben. Eres una bendición y un milagro Namjoon. Aunque no lo creas, para todos eres importante —– palmeó su hombro —– Oh, se me olvidaba. Ya que sabes la verdad, debes ir al templo. Un galán espera por ti.

Emoción, entrando nuevamente y apoderándose de todas sus terminaciones nerviosas y sudoríparas.

—– ¿Seokjin?

—– ¿A quién más consideras galán? Mira que Seokjin es celoso —– Eso hizo al castaño ruborizarse.

—– ¿Namjoon? —– el nombrado se giró sonriendo y se encontró con Jaebum.

Un muy cambiado Jaebum.

Ya no tenía esa expresión de zombie en su rostro, demacrado y sin vida.

Ahora, su sonrisa era grande y genuina, sus ojos transmitían la calidez vivaz de un Jaebum feliz.

Namjoon se acercó y lo abrazó, se percató de que el abrazo, estaba cargado de sentimiento. El castaño le sonrió sin decir nada, no sabía que decir tampoco, pero un golpe en su hombro lo desconcertó.

—– Tienes algo que hacer grandulón —– le sonrió Youngjae —– Ya sabes dónde está.

Namjoon asintió —– Gracias —– el menor negó.

—– A ti —– lentamente envolvió a Jaebum en un abrazo —– Nos veremos otra vez, Nam. No volveremos a desaparecer.

El castaño sonrió y salió corriendo por esa colina cuesta abajo.

Corría tan rápido que no sabía si era que alguien lo empujaba detrás o la emoción lo tiraba hacia adelante.

No lo sabía.

Y tampoco quería saberlo.

Solo quería verlo de nuevo.

Solo quería verlo de nuevo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
sᵒⁿ ᴏᶠ ᴛʰᵉ ᴍᵒᵒⁿ [ɴᵃᵐᴊⁱⁿ]Where stories live. Discover now