Capítulo 17 (P)

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P.V.O: Hermione

La visita de Ronald había quedado en el olvido, había pasado una semana desde ese día y no habíamos sacado el tema. Si que se notaba un poco de tensión, debido a lo que Draco había visto en mi mente, pero no me había vuelto a sacar el tema después de ese día, lo que para mi era un alivio. En este momento yo estaba mirando vestidos de novia, quizá no fuese lo prioritario, pero desde luego era lo que más me preocupaba, queria un vestido que me fuese como anillo al dedo, queria un vestido hecho unicamente para quedar perfecto en mi, lo que quizá fuese algo imposible. Estaba parada frente a un escaparate cuando alguien me tapo los ojos, al principio me asuste pero al sentir su olor me tranquilize.

- ¡Draco! - dije adivinando, destapo mis ojos y se quedo frente a mi, sonriendo.

- Veo que andas entretenida. - comento sonriendo.

- Si, se podría decir que si. - comente robandole un beso, él tomo mi mano y caminamos por las calles, parandonos en varios sitios para ver los vestidos, pero al saber que él no lo podía saber hasta el día de la boda, no mostre interés por ninguno. De hecho, había estado pensando en mandar hacer mi vestido.

- ¿Tomamos algo? - pregunto.

- Si, pero creo que deberíamos buscar primero a Helen. - mencione recordando que ella andaba de tiendas.

- Quede con ella aqui en diez minutos. - dijo. Como de costumbre, Draco siempre iba un paso por delante de mi. A veces eso me molestaba, pero otras veces me hacia ver lo bueno que él era, la dedicación que tenía y el cuidado que tomaba con Helen.

- ¡Muy listos! - refunfuñe, provocando la risa de Draco. Adoraba verlo sonreír, adoraba escuchar su risa y ver aquel brillo que se asomaba por sus ojos, sencillamente lo adoraba a él, en estos momentos no le podía ver fallo alguno. Estaba completamente enamorada de él. Después de encontrar a Helen fuimos a la iglesia que habíamos elegido para casarnos, queriamos una boda como la de los cuentos de hadas, y por eso nos casaríamos en la vieja Catedral de Londres Mágico. Después de ver las fechas disponibles, decidimos que nos casaríamos el sabado 12 de Mayo de 2012. Asi que tenía menos de cinco meses para prepararlo absolutamente todo. Después de marcar la fecha tomamos un chocolate con Helen, y más tarde la llevamos a la estación.

- ¡Tendrás que dejarme comprar mi vestido en Abril! - dijo antes de subir. Cuando encontro sitio se asomo por la ventana y nos despidio energeticamente con la mano. Draco me abrazo y despidió a Helen con el mismo gesto, al igual que yo. Después de ver por mis propios ojos lo bien que le iva en Hogwarts, ya no me angustiaba tanto dejarla ir. Cuando el tren partió, Draco y yo nos fuimos a la Mansión.

- ¿Que piensas hacer con la casa que te compraste? - pregunto repentinamente. Me quede pensativa.

- No se, quizá me la quede para darsela algún día a Helen, o simplemente para tenerla, la inversión en inmoviliaria siempre biene bien. - respondí finalmente. Estubimos en silencio hasta que llegamos a la Mansión, una vez alli nos sentamos en el sófa, pues queriamos dejar ya la lista de invitados hecha para asi poder elegir las cartas de invitación e empezar ha enviarlas.

- ¿Tú a quien quieres invitar? - pregunto ceñudo.

- Pues... Luna Lovegood, Neville Logbotton, la familia Weasley menos Ronald y a nadie más. - dije pensando en mis padres, Draco suspiro suavemente.

- Ellos también estarán ese día a tu lado, no de la forma en que asi lo deseas, pero si de una forma especial, estoy seguro de ello. - comento tratando de animarme.

- Lo se... - susurre al fin. Él acarició mi rostro.

- Yo solo quiero invitar a Astoria, Zabbini y a mi madre. - dijo él.

- ¿Tan poca gente? - quede algo angustiada.

- Tu y yo somos lo que importamos ese día, ¿que más da que solo tengamos diez invitados?

- Pues esque había pensado en que tu podrías invitar a tus amigos de Hogwarts y yo a los mios, aunque no sean muy cercanos pero no se... conocidos de clases. - comente.

- Si eso es lo que quieres haz tu lista y yo haré la mia. - animo sonriendo. Entonces otra preocupación me invadió.

- ¿Quién me llevará al altar? - pregunte. Él me miro a los ojos y se quedo pensativo.

- Seguro que algún Weasley lo hace. - comento.

Después de dos semanas en las cuales dedicamos mucho tiempo en invitaciones para la boda, recibí una carta que me dejo muy triste. La Familia Weasley se negaba por completo a acudir a mi boda, no solo por los prejuicios que sentían hacia Draco, si no por el rencor que me guardaban por lo sucedido con Ronald y Ginnebra. Cuando se lo comente a Draco él me animo, pues que ellos decidiesen odiarme no debía de amargarme. Al menos ya tenía a alguien que me acompañaría al altar, el mismo Hagrid lo haría, me alegro mucho la noticia, me levanto los animos y me dió ganas de seguir. Mi vestido ya estaba encargado, la modista me había venido a sacar medidas e ideas, lo que me llevo tres días, Draco andaba muy ocupado con no se que y yo aprobechaba el tiempo que él no estaba para hacer lo que tenía que hacer. En total teníamos 64 afirmaciones de presencia el día de nuestra boda, lo que no estaba nada mal. Al fin y al cabo ese día era mio y de Draco asi que tampoco quería darle mucha importancia al tema de los invitados, porque cada vez que lo hacia mi corazón dolia, al recordar la imagen viva de mis padres.

El tiempo había volado y solo quedaban dos días para mi boda. Habíamos pasado la Pascua los tres, tal y como habíamos hecho en Navidad, la diferencia era que no había regalos ese día, pero por lo demás había sido unico, además el tiempo había sido muy bueno. Ahora en Mayo ya empezaba el calor de verdad y eso me preocupaba porque no queria que el día de mi boda el maquillaje fuese un inconveniente y el vestido un horno. Draco había hecho lo de la luna de miel y poco más. Porque lo de los preparativos lo había hecho yo todo, pero porque asi lo había querido, pues él se había mostrado dispuesto a ayudar. Sin embargo se había negado por completo en que yo participase en la preparación de la luna de miel, y me moría por saber que se le había ocurrido. A pesar de que los últimos meses habían sido un poco extresantes jamás lo había pasado tan bien. Pasabamos mucho tiempo juntos, aunque no nos habíamos acostado, pues él me dijo que queria probarme la noche de bodas, queria que todo fuese exclusivo y se negaba a tocarme antes del día, apesar de saber que yo ya no era virgen. Tampoco me había mostrado su cuarto misterios pesé a que en los últimos meses pocas veces había ido a su cuarto.

P.V.O: Draco

Sin duda ha día de hoy podía decir que era la persona más feliz del universo, porque ahora si lo tenía todo. Faltaban dos días para la boda y Hermione estaba completamente histerica, lo que por un lado hasta me parecía gracioso. Hoy recogeríamos a Helen en Hosmeade, pues habíamos pedido el permiso de cuatro días por la boda.

- ¡Bú! - estaba tan centrado en mis pensamientos que ni siquiera había escuchado su respiración detrás de mi. Asi que me asuste, ella rompió a reir.

- ¡Graciosilla! - dije corriendo tras ella, cuando la cogi ella siguió riendo, hasta que la risa se convirtió en tos no paro. - ¡Eso te pasa por mala! - dije riendo yo. Ella me miro fingiendo mal humor, pero luego empezo a reir. Me quede idiotizado escuchando su risa, hasta que ella se quedo seria y por fin me beso.

- ¿Enserio me harás esperar hasta la noche de bodas? - pregunto con una sonrisa picara.

- Pues... ahora que solo faltan dos dias estoy más seguro que nunca de que eso mismo haré, hacerte esperar hasta la noche de bodas. - dije.

- Pero estará Helen en casa. - se quejo.

- Te aseguro que las paredes de mi cuarto no dejarán pasar ni el más minimo ruído. - comente. Puso pucheritos pero no aguanto mucho. Como ya no teníamos nada que hacer caminamos por el jardím, hablando. - ¿Ya tienes el vestido? - pregunte.

- Mmm si. - respondió.

- ¿Ya has elegido peinado? - pregunte.

- Si, ya esta todo elegido y no te voy a decir ni la más minima palabra. - dijo de inmediato.

Cuando Malfoy me compróWhere stories live. Discover now