De repente, un grupo de tres chicos se acercaron a la japonesa, llamando su atención, haciendo que levantara la vista de su teléfono mientras le escribía a Yeojin.

—¿A quién buscas? —cuestionó uno de ellos, tenía al cabello negro y unos finos labios con una pequeña marca en medio que de lejos le había parecido un piercing.

—Ah... Ella se llama Im Yeojin —respondió algo confusa. No sabía si esos chicos la conocerían.
—Ella es la chica de baja estatura que siempre saca buenas notas en ciencias —informó uno un poco más bajo, también pelinegro y con los rasgos asiáticos menos acentuados.

—Debe de estar en el aula de ciencias, siempre está allí —habló de nuevo el primero que se había acercado.
—Muchas gracias. Debí haber caído en ello —les agradeció Nozomi, dispuesta a irse cuando estos la interrumpieron, iba tan perdida que ni siquiera se dio cuenta de que, como mínimo, debía presentarse.
—¡Espera! ¿Cómo te llamas? Yo soy Jake —el segundo chico se presentó con una sonrisa.
—Suzuki Nozomi, encantada. —esta hizo una reverencia respetuosa a modo de saludo, a lo que el primer chico la imitó.
—Soy Park Jongseong, pero aquí todos me llaman Jay.

Nozomi asintió sonriente y por un momento miró al tercer chico, tal vez esperando a que este dijera algo, al menos su nombre.

—¿Qué miras? —preguntó frío este chico de cabellos marrones oscuros y labios carnosos, con un rostro adornado de lunares y una nariz perfecta que llamó especialmente su atención.

—¿Yo? Nada. —rio, preguntándose por dentro qué demonios le ocurría—. Me iré a buscar a mi amiga, adiós Jay, adiós Jake. —Nozomi dió la vuelta y andó tan solo unos pasos, cuando, de nuevo, fue pausada.

—Park Sunghoon —dijo al fin en un tono desinteresado y bajo.

Nozomi giró su cuello hasta mirarlo.
—Encantada. —sonrió burlona.

Fue hasta el aula de ciencias, buscando por los pasillos una puerta en la que el cartel indicara que, efectivamente, estaba cerca de esta.

Y tal y como le dijeron, ahí estaba Yeojin. No tenía ni idea de cómo aquellos estudiantes sabían tanto acerca de su amiga. Bien era cierto que parecían el típico grupo de chicos populares, y eran bastante atractivos como para serlo, así que no sería una sorpresa para ella, pero le sorprendía el hecho de que podían saber esa información de cualquier estudiante.
O tal vez Yeojin era su amiga.

—¡Nozomi! —gritó acercándose para darle un abrazo. Ella estaba dejando sus cosas sobre una mesa donde había unos cuantos utensilios de cristal.
—¡Cuánto tiempo! Estos dos meses se me han hecho eternos —respondió feliz, correspondiendo el abrazo.

—A mí también. —hizo un tierno puchero, la japonesa rio—. ¿Cómo me has encontrado?
—Me he encontrado con tres raritos mientras murmuraba para mí misma, uno de ellos me ha preguntado a quién buscaba y entre dos de estos han sabido decirme dónde estarías. Ha sido extraño. Uno era un grosero, pero era gracioso.
—Oh... Sí, sé a quienes te refieres, soy cercana a ellos, más o menos —Yeojin sonrió algo pensativa—. Digamos que me ayudaron a incorporae. Es más, solía juntarme con ellos en las horas libres, pero ahora estás tú, así que...
—Ah, entiendo, ¿y ese tal Sunghoon sabe decir oraciones completas? —se burló—. Incluso le ha costado decirme su nombre.
—Sí sabe. —rio—. Solo que es difícil que te hable, conmigo apenas lo hace, soy más cercana a Jay y Jake. Aún así, es sorprendente cómo Sunghoon es el más popular de los tres.
—Vaya, a las chicas de hoy en día les gusta el desinterés... —dijo desganada—. A mí solo me interesa aprobar matemáticas.
—Veo que no has mejorado en este tiempo.
—Para nada.
—Oh, deberíamos ir al aula de arte, es nuestra primera clase, toma, el horario. —Yeojin le extendió la mano a Nozomi, para que agarrara el nombrado papel.

𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Park Sunghoon | RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora