Nada es para siempre

76 13 5
                                    

Ella estaba verdaderamente preocupada por el giro en que las cosas tomaban, por más que hubieran buscado a un oráculo y usado las predicciones dadas para anticipar a los movimientos de Luisel, aun así, el Rey había sido más listo al final, porque consiguió tener a su lado a un poderoso aliado.

Krist iba a caer en la trampa, iba dejar de existir y solo quedaría nuevamente el caparazón vacío de Kristtps, el príncipe que solo “vivía” para complacer y servir a los demás, ya que no tenía voz propia pare decidir qué es lo que quería para él, puesto que siempre habría alguien que las tomara las decisiones por él.

El solo imaginar que sería de Krist al seguir ese camino, le hizo estremecerse, ya no podía seguir ocultándose, por más que sus cómplices le insistieran a permanecer a salvo, ella no podía ser egoísta, no cuando las personas a las que amaba estaban en peligro.

Pero no podría hacerlo sola, ni quería hacerlo, además, Kristtps necesitaba que le recodaran aquella vida que comenzaba a olvidar, era importante que los nuevos hermanos que el cantante se había ganado al abandonar su retorcida familia le hicieran ver porque no debería regresar a ser Kristtps.

- ¿Estas segura de que es eso lo que quieres? – pregunto su guardaespaldas con preocupación – Podemos esperar, y si vemos que todo empeora entonces podrías interceder.

Ella negó con la cabeza, no iba a permanecer un segundo más como espectadora, por más que le dolía enfrentarse nuevamente al peligro, porque tenía miedo, de eso no cabía duda, no obstante, confiaba en que su habilidad le volviera a ser útil como la vez pasada,

- Iremos a Bangkok – fue la decisión que tomo y sabía que era la correcta

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~''

Kristtps y Jane por fin estaban solos, y, por tanto, tenían la oportunidad de conocerse mejor, aunque, eso solo era una excusa que Luisel les dio con tal de que ella tuviera más oportunidades de tocar a su hijo y utilizara su poder para moldearlo a la manera en la que debía de ser.

Jane no estaba muy segura sobre si era lo mejor para el príncipe el que le borrará la memoria completamente, por instinto ella sabía que él no era una mala persona y que tenía un gran corazón, algo que le permitirá hacer cambios benéficos para La Comunidad, pero ella tenía que seguir las órdenes del Rey.

No era correcto, y sabía que su conciencia jamás superaría el hacerle daño a Kristtps, sin embargo, por su bienestar tenía que ser egoísta, no quería volver a la mazmorra, odiaba la oscuridad y las ratas le daban miedo, era un verdadero milagro que no hubiera adquirido la rabia con tanta mordedura que esas alimañas le hacían de vez en cuando.

El estar al aire libre era tan magnifico, nunca había permanecido tanto tiempo bajo el sol, desde que tenía memoria siempre había sido ocultada del mundo exterior, no de la misma manera en que Luisel la había tratado, no obstante, estar encerrada era lo mismo con cadenas o sin ellas.

Jane corrió hacia una de las bancas junto a un rosal, sonreía maravillada por la belleza de aquella planta, intento arrancar una y al instante retiro la mano al sentir un dolor punzante en su dedo, observo como salía sangre de la herida.

Kristtps saco un pañuelo del bolsillo interior de su chaqueta y con el envolvió el dedo de su prometida, ella le miro confundida, como si no hubiera una razón por la que el debería comportarse amablemente con ella y mucho menos el preocuparse por que estuviera lastimada.

- ¿Por qué? – pregunto frunciendo el ceño antes de centrarse en las manos del joven que mantenían la de ella con cuidado.

- ¿A qué te refieres? – inquirió el a su vez confundido, la miro a los ojos y ella ladeo la cabeza hacia sus manos - ¿Por qué no habría de preocuparte por ti? – soltó un suspiro – Eres una chica, eso ya te da el privilegio de ser mimada, además eres mi prometida.

Más allá de mis sueños Where stories live. Discover now