— ¿Hermosos? —pregunto Alex.

—Desde los progenitores hasta los hijos —contesto mi hermana.

De un segundo a otro el lugar quedo en silencio, por el camino de concreto pude apreciar una familia que caminaba a una distancia de unos treinta metros de nosotros, era una familia grande y su elegancia al caminar robaba la atención.

El cabello azabache reluciente de las dos personas de adelante llamaron la atención de todos los presentes, un hombre y una mujer sumamente atractivos, compartían el mismo cabello lacio y azabache brillante junto a unos ojos color azul eléctrico. El hombre presentaba rasgos maduros, su cuerpo trabajado con un traje color negro que dejaba ver que iba al gimnasio y su porte al caminar hizo que nadie les despegara la vista, pero la mujer no se quedaba atrás, su cabello igual que el del hombre le llegaba a su caderas, un traje de falda color negro resaltaba su figura cuidada, sus ojos azul eléctrico llamaban la atención. Ambos eran atractivos.

Detrás de ellos iban tres chicos, los tres eran altos (más altos que yo), compartían el cabello azabache y los ojos azul eléctrico de sus progenitores, portaban sonrisas encantadoras y su cuerpo trabajado solo hacía que las chicas suspiraran. Vestían una camiseta negra pegada al cuerpo juntos a unos pantalones negros, su calzado eran unos zapatos blancos, su vestimenta era simple pero eso no evitaba que se llevaran la atención. Los tres eran casi iguales pero tenían detalles que los distinguían del otro.

Todos los miraban a ellos, las chicas suspiraban pero todos jadearon de impresión al ver el trio que iba atrás de esos chicos.

Cabello azabache brillante y lacio acompañado de ojos azul eléctrico, eso compartían los tres individuos del trio, dos chicos altos igual que los chicos que iban adelante, Atenea iba en medio de ellos dos sonriendo igual que ellos, sonrisas encantadoras que derretían a cualquiera. Los tres vestían un short color negro unos tres dedos arriba de la rodilla, una camisa color blanca pegada al cuerpo de cada uno de ellos acompañaba a los short, de calzado llevaban zapatos blancos, increíblemente ellos seis se parecían demasiado, eran casi iguales.

—Un privilegio tener ante nosotros a los Miller James —dijo con una sonrisa Derek mientras hacia una reverencia.

— ¿Ya te he dicho que me caes bien Derek? —cuestiono el hombre.

—Muchas veces.

— ¿A qué hora llega la chica que te gusta hijo? —me pregunto en un susurro mi padre.

—Padre, es ella —susurro Scarlett—. La chica que está en medio de los chicos.

—Me estás diciendo que todos eso chicos...—mi padre no termino la oración.

—Sí. Los cinco chicos son hermanos de Atenea, son sumamente celosos y protectores con ella, al igual que su padre —respondió en burla mi hermana menor.

—Te jodiste —dijo uno de mis amigos.

Yo estaba mudo. ¡Joder! ¡Todos los hombres eran gigantes! Con un puñetazo me enviaban al útero de mi madre otra vez, sus sonrisas eran encantadoras pero sus ojos eran fríos, sin sentimiento alguno. ¿Estos eran los Miller James?

—Buenos días —dijeron los mayores educadamente hacia nosotros.

—Buenos días —dijeron los seis chicos al unísono.

—Buenos días —respondieron mis padres y sus amigos.

El director hablo y todos nos sentamos en las sillas del patio, el director iba dar información.

Yo estaba tenso, Atenea se veía increíble pero con esos cinco chicos custodiándola no le podía hablar.

Este sería un día largo.

Hola Mi DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora