Capitulo 4. - Riesgo -.

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Mantenía sus ojos en ella, admiraba su perfil. Su bella piel color ___________, sus ojos brillantes y que miraban por la ventana. Su cabello algo mojado, seguramente por alguna ducha tomada antes de arreglarse.

La joven miraba por el vidrio, admirando los paisajes verdes, la gente pasar, los coches, el cielo azul a la distancia. Soltó un suspiro, era muy intenso.

___________: Una foto te duraría más.

Arthur: No existe todavía una cámara que pueda hacerle justicia a verte en vivo. —Sentiste un cosquilleo por tu columna, ¿desde cuándo era tan cursi?— Aunque, por mi encantado.

Saco su móvil, coloco la cámara frontal y apoyo en brazo en el asiento del frente, apuntando hacia ambos. Volteaste, con un semblante neutro.

El clic fue la señal de que la foto estaba tomada, Arthur la atesoraría.

La miro en su galería, notaste que al lado de él, parecías desanimada. No te sentías así, de hecho era agradable aunque no lo mostraras.

___________: Tomemos otra. —Sacaste tu móvil, imitando las acciones que el ojivioletta había hecho con anterioridad.—

El chico se acomodo cerca de ti para que el encuadre los tomara a ambos. Antes de apretar el botón te giraste a darle un beso en su mejilla. Aprestaste al instante el botón de volumen para tomar la fotografía.

Arthur: ¡O-Oye..!

La expresión ruborizada del chico habia quedado en aquella toma.

Comenzaste a reír al ver la fotografía. Además de tierna era muy graciosa. Tu risa cesó cuando escuchaste el clic nuevamente. Ahora Arthur tenía el móvil en las manos y revisaba su galería.

Arthur: Es perfecta. — Sus pupilas se dilataban al verte en la pantalla. Riendo, con las mejillas algo coloradas, una expresión despreocupada y el sol de la ventana justo sobre ti— ¿Puedo guardarla?

Te la había tomado sin permiso y se sentía culpable, pero realmente deseaba conservarla.

_________: Pero no se la muestres a nadie. Solo.. tu. —Pediste, avergonzada—.

Arthur: ¡Por supuesto!

El chófer miraba de vez en cuando el espejo, sonriendo al ver a una parejita de tórtolos.

El chófer miraba de vez en cuando el espejo, sonriendo al ver a una parejita de tórtolos

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Ambos miraban el parque que se levantaba sobre ustedes. Algunos gritos llegaban a tus oídos, causándote cierta emoción. En la entrada estaba la fila para entrar, ambos esperaban su turno antes de pasar por la puerta donde o comprabas tus boletos o entregabas los que hubieses comprado con anterioridad.

Arthur: Hoy hace un muy bonito día, ¿No?. —te sonrió, su rostro no dejaba de denotar la felicidad que le hacía el hecho de que lo hubieras acompañado.—

Inesperado. [Arthur x Reader] Where stories live. Discover now