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❝ESPERANZA❞ ▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄
Emma no planeaba regresar a casa.
Pero cuando se enteró que su padre estaba en coma, no lo pensó ni un segundo y pidió volver para verlo y ver a su hermano.
La morena decidió pedirle al internado en el que estaba que la transfieran al Rockland y habían aceptado rápidamente, así que luego de tomar un avión, se encontraba llegando al campamento de verano.
―¡Gracias! ― le dijo Emma al conductor, porque ya se encontraban en el campamento.
La castaña bajó del carro para sacar sus maletas y no se dio cuenta cuando una moto conducida por dos chicas venía a mucha velocidad, haciendo que la mojen a ella y a otro chico que estaba cerca.
― ¡Perdón, flacos! ― gritó la chica que conducía la moto alejandose.
― ¡Genial! ― se dijo a sí misma Emma.
― ¿Emma? ― la mencionada frunce el ceño al ver al chico que también se empapó de agua, acercándose a ella.
― ¿Simón? ― la castaña reconoce al chico y comienza a sentirse nerviosa.
― Oye, Em. Yo lo siento por lo que pasó en Francia y necesito explicártelo- ― antes de que Simón termine de hablar, Emma negó con la cabeza y le dio una leve sonrisa.
― No pasó nada, Simón. Y - yo ya me tengo que ir. Perdón. ― habló Emma dándose la vuelta para sacar sus maletas del carro y poder ir a su cabaña.
Emma en serio no podía creer que tenía tanta mala suerte.
• • •
La castaña estaba realmente perdida, había estado buscando por un largo rato a su hermano y no lo encontraba. Así que, decidió caminar de regreso a su cabaña encontrándose con las dos chicas que la empaparon de agua.
― ¡Oigan, ustedes! ― ambas chicas voltearon y se señalaron a sí mismas, ante el llamado de la joven.
― Ah, pero vos sos la flaca que le tiramos agua ― habló la chica más pequeña haciendo que Emma se riera.
― No fue a propósito ― le dijo la rubia, tratando de sonar amable.
― Sí, no hay problema. A todas nos pasa. ― las tres se rieron de lo dicho por Emma.
Antes de que cualquiera de ellas pudiera hablar, Simón se acercó con un ramo de flores justo cuando la amiga de la rubia se dio la vuelta y lo miró.
― ¿Es para mi? ― le dijo.
Simón negó con la cabeza y miró a Emma, pero la chica no le dio tiempo de hablar.
― Ay, gracias. Teneme. Esperá.― habló para darle su vestuario y sacar una moneda de su bolsillo― Ya está. Tomá. Gracias, eh.
― Adiós. ― ambas chicas se despidieron de Emma y siguieron su camino.
― Las conchetas son insoportables ― les dijo Simón haciendo que ambas se detuvieran.
― ¿A vos qué te pasa? ― lo regañó Emma mirándolo desconcertada.
― Flaco, perdoname. ¿Me estabas hablando a mi? ¿Qué dijiste?
― Sí. Concheta te dije. Le traje el ramo de flores a ella, no a vos. ― le contestó el chico mirando a Emma, que se veía incómoda ― No me dejás terminar de hablar y todavía me das un peso de propina.
― Y sí. Encima que te doy propina, que no es mi obligación. ¿Qué te pasa?
― Nada. No entendes nada. ― Simón chasqueó los dedos en frente de su cara ― Hay algo ahí o está hueca.
― ¡Simón, basta! ― siguió insistiendo Emma que estaba a su lado.
― Ah, no, no. Me parece que vos no sabes con quien estas hablando.
― Supongo con la hija de un juez o algún empresario. ― contestó Simón
― ¿Qué te pasa, imbécil? ― habló la chica empujando a Simón haciendo que Emma se acerque a detener a su amigo.
― ¡Hueca te voy a dejar la cabeza, idiota! ― fue lo último que le dijo dándole el ramo de flores, antes de irse con su amiga rubia.
― Simón ¿qué hacés? ― Emma lo regañó después de que se fueron.
― Sí, yo no he hecho nada. Yo te traje las flores y ella ni me dejo hablar.
― Simón, ya hablamos de esto. No intentes nada. ― le dijo la castaña antes de irse sin mirarlo.
• • •
― Estamos finalizando el campamento de verano y pronto daremos comienzo a nuestro nuevo ciclo lectivo. Como cada año, una nueva camada de jóvenes promesa han decidido unirse a nuestra institución. Démosles la bienvenida entonces, a los nuevos alumnos de nuestro querido Rockland― habló el director, haciendo que todos aplaudieran.
El director comenzó a nombrar a los nuevos alumnos.
― Juan Morales, Jazmín Romero. ― ambos caminaron al frente y se tomaron de las manos.
― Ramiro Ordoñez, Marianella Rinaldi.
― Emma Bedoya Agüero, Simón Rodriguez Arrechavaleta ― los mencionados se miraron y caminaron al centro.
Simón que tenía un par de flores en la mano, se las entregó a Emma ― Gracias por soportarme.
Emma agarró las flores y se burló ― ¿Enserio?
― Llega el cura y nos casamos ― le dijo Simón, y ambos caminaron tomados de la mano con una sonrisa.
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¡author's note!
¡Ojalá les haya gustado el capítulo y nos vemos en la próxima actualización! <3
